Por Victor Octavio García

El estilo

Forjar el estilo de un periodista es como lanzar la marca de un producto al mercado; tarda en conocerse y bien a bien no se sabe sí tendrá éxito; claro si lo logras ya está del otro lado; llevo más de cuarenta años depurando mi forma de escribir, al fin silvestre y atropellada, y aún no puedo decir con satisfacción y convencimiento que logre forjar una identidad, un sello personal, la marca pues de mis escritos.

Cuarenta años inmersos en una constante y ruda lucha por salir del montón, por ser yo, yo y mis circunstancias –decía José Ortega y Gasset–; hoy sé que me identifican más porque llevo muchos años en este oficio que por mis escritos (garabatos) que por un estilo personal depurado y reposado; en el bajo mundo sobran que te cuelguen sambenitos.

Esto me llevo a escribir mi primer libro, luego el segundo y el tercero con el quiero cerrar un ciclo más como emborronador de planas, el tercero es un proyecto, una idea sin aterrizar; la necesidad de trascender es mucho más poderosa que la capacidad misma, máxime para un periodista como un servidor chapeado a la antigüita, de lento aprendizaje y con una fuerte discapacidad (sordo), eso sí la lucha se hace.

Sí Dios me lo permite el próximo viernes 28 de febrero presentaré mi libro ¡Qué tiempos aquellos! que hoy me honró en anunciar después de varias semanas de conciliar fechas; desde luego que habrá tiempo para informarles con oportunidad el lugar y la hora donde se llevará a cabo la presentación, evento que he puesto particular interés porque festejo, simbólicamente, cuarenta años como periodista, es decir toda una vida.

Mucho me hubiese gustado anunciar mi retiro, distinción que dejaré en manos de mis lectores; en lo personal lo hubiese deseado pero estoy imposibilitado hacerlo sin más opción que morir en la raya como murieron mis viejos que jamás conocieron ni fueron beneficiados por la seguridad social, a mí sencillamente me la negaron.

¡Qué tiempos aquellos! no es una gran obra, vaya ni siquiera un libro propiamente dicho, sino un pretexto para honrar y mantener firme un agradecimiento permanente a mis paisanos (sudcalifornianos) con el ánimo de mantener viva nuestras tradiciones, sentido del humor y sobre todo nuestra identidad y pertenencia; vivimos tiempos despiadados donde la descalificación a mansalva, la defenestración, los denuestos, la calumnia, la mentira, el engaño y lo que es peor el autoengaño, la irascibilidad, etc., nos ha llevado a una brutal pérdida de valores y principios como jamás había sucedido; el mundo globalizado y la asquerosa política sustentada en una ruin y desbocada lucha de poder por el poder mismo no ha llevado a tan lamentable estado de cosas; cada vez entiendo menos a mi país y cada vez lamento más lo que está ocurriendo en mi estado. ¡Qué tal!

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a victoroctaviobcs@hotmail.com