Por: Armando León Lezama

EN EL PAÍS MEXICANO LA LEGITIMIDAD NO ESTÁ CON EL PRI

IVONNE ORTEGA PACHECO  Y ESTHELA PONCE BELTRÁN, PUEDEN LLEGAR A LA PRESIDENCIA CON FRAUDE

La revolucionaria e institucionalizada del PRI, estelarizada por Ivonne Ortega Pacheco, da risa que quiera ser presidenta de la República de los Estados Unidos Mexicanos, cuando en el país la legitimidad no está con el PRI. Quizá pueda llegar con fraude electoral. Tan así, que en nuestra entidad, la mueve el respaldo de quien tiene cuentas pendientes con la opinión pública: Esthela Ponce Beltrán.

La Ortega Pacheco, según priísta, con una ventana abierta al oportunismo,  nada más habló del PRI para sacarle los trapos sucios a su partido político, reclamando democracia interna y hablando quedito de lo que el primer priísta Enrique Peña Nieto debió hacer en el tema del gasolinazo.

Se hizo presente ante periodistas locales en el salón Loreto del hotel Araiza, Palmira, de la ciudad de La Paz, capital del Estado de Baja California Sur, nada puntual.

Sin la aureola que ostentan los líderes del pueblo de manera natural, ni luz propia que irradie portento de persona respetable que pueda respetarse, y simplemente ufanada por ser mujer que dizque guapa; pero sin ideales nacionales, ni partidistas, vagabundea por el país “cantándole las malas a Peña Nieto”, haciéndose la desleal cuando es claro que “no hay pleito” con el poder en turno, con los legisladores federales, con los poderes de facto, ni con su jefe inmediato, Enrique Ochoa Reza – que no gane Obrador –.

Por el contario, Ivonne, se está transformando en una posible “roba votos de la ciudadanía”, para que se desinfle el Tabasqueño que encabeza un proyecto alternativo de nación.   Es entonces, “la encomendada” a seguir haciéndole el mal a los mexicanos por encomienda presidencial.

Es decir, él PRI, no le apuesta al juego limpio en las elecciones presidenciales de 2018. Y no se trata de que gane tal o cual. Más bien se trata de que el Pueblo mande en las urnas y que no haya trinquetes en las boletas oficiales.

Que gane el PRI sin maneras tramposas. Sin simulaciones de rupturas, sin personas como Ivonn y Esthela que pertenecen a la última página de su historia política.

Que surjan  nuevos rostros y nuevos nombres, que surjan los que quieran a México y sus habitantes. Que se destierren los que venden a México y se sirven de sus compatriotas.

Que quienes ya fueron gobierno o legisladores, y administraron al día sin heredar obra magna, sin lograr ser ejemplo nacional, reformando lo que mandó el jefe constitucional o los poderes de facto, pasen a formar las filas de quienes aplaudan a quienes con más bríos, inteligencia, y plena asimilación de los actuales  sentimientos de los mexicanos, mejor gobiernen, mejor legislen.

Ivonne se desdijo de su toma de protesta como legisladora, dejó el cargo de diputada federal, y se fue a subordinar más, ante el “ilustrado” primer priísta, Peña Nieto, desde su silla de secretaria general del CEN del PRI. De ahí, le urdieron una ruta a seguir a Ivonn: una farsa del PRI – GOBIERNO.

Se presentó desparpajada en sus decires, como tomando en serio la novela hecha en el municipio de Loreto, “del bien amado”, que nos colocara, a los sudcalifornianos, como un pueblo alejado de la tecnología, la educación superior, la modernidad, y no, en lo que es, un Estado Libre y Soberano, donde la población ha demostrado en todo el país, que somos una ciudadanía de avanzada, de vanguardia, en temas de civilidad y voto constitucional.

Hemos ejercido y contagiado el medio voto, puesto en práctica la alternancia del poder y fuimos el primer Estado de la República, donde le quitamos al PRI con la figura del PAN, el control del Poder Legislativo Estatal en 1993, dejándolo nada más con el ejecutivo y judicial; pero sin ayuntamientos PRI.

En 1999, la ciudadanía de ésta parte del país, le ganó al PRI con él PRI por la deslealtad de Leonel Cota Montaño, figura política que subió sin proyecto cultural que afianzara, lo político, social, económico…desde la izquierda, a la que traicionó al dejar pasar votos del PRI en la elección presidencial de 2006 contra Felipe Calderón Hinojosa.

Sin embargo, 12 años de  “la izquierda sin izquierda” en los poderes públicos de la media península, solo sirvió para venganza política entre priístas. Leonel Cota Montaño, Narciso Agúndez Montaño y Marcos Covarrubias Villaseñor, de orígenes priístas, fueron actores de la alternancia del poder. Pasaron del PRI a partidos de izquierda  y  al mismo modo de la deslealtad, el tercer grupo entró al PAN.

Actualmente, pareciera que el PAN está en el mando del gobierno, o compartiendo mando con don Carlos Mendoza Davis, que entró con  siglas blanquiazules y una diminuta manchita de morado de su satélite, el partido de renovación sudcaliforniana; sin embargo, en Baja California Sur, el jefe político en nuestros días, es nada más el gobernador 2015 – 2021.

De modo que no convence quien acudió a ejercer falso altruismo en el asilo de  ancianos, echar choro a la prensa y ni siquiera saludar a los PRI de Sudcalifornia. De perdida al presidente estatal, Edmundo Salgado Cota, le hubiera hecho una llamadita telefónica de compañera y jefa del PRI. Pero solo pensaba en ella, acompañada de un puñado de sus leales y una anfitrionía de Esthela Ponce Beltrán a través de su personal.