Complicidades parte V

¿No hubo traición?: “Explicación no pedida, culpabilidad manifiesta”

(al priismo de BCS)

Pedro Mazón B.

Entre las complicidades, evidentes la mayoría, hay quienes se jactan de limpieza y transparencia del proceso electoral.

Aquí hemos comentado de traición, de simulación, de trabajo en contra de la campaña del PRI.

Recién inició la semana anterior y un diario de circulación nacional destaca que en el PRI de BCS no hubo traiciones. Nota que dictó el líder nacional de la Croc, senador Isaías González Cuevas.

“Explicación no pedida, culpabilidad manifiesta”, dice el proverbio.

Seguido por los escribidores “a sueldo”, que no les pareció la arenga ni la forma ni el fondo, salieron a dar la versión panista, instruidos para responder lo aquí escrito en los temas de complicidades.

Sin embargo, desde adentro del PRI, aquí mismo la traición galopante fue de Esthela Ponce, Isaías González y Antonio Manríquez.

Dijeron y dicen querer al partido, a “su” partido, el PRI y lo traicionaron.

Desde el mismo centro operativo instalado en oficinas federales del “gobierno federal”, en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el delegado Isaías González Nava, hijo de don Isaías González Cuevas, desarrolló acciones en contra de la campaña del PRI.

En el mismo compromiso (que no ha cumplido aún el Gobierno federal al Senador croquista) de mantener a su hijo en el gobierno federal, se preparaba para en el mes abril instalarlo como delegado del Centro SCT en BCS.

La misma representación que se encargó de derrocar, en el caso del anterior delegado, Alejandro Cruz, ahora la busca con ahínco para su primogénito.

No se logró en abril de 2015, pero los enterados confirman que sigue en pos de ese espacio en BCS.

González Nava no guardó rencores contra Ricardo Barroso.

Desde que se enteró que su señor padre no sería candidato a gobernador por el PRI, y que hizo “berrinches” en el CEN del tricolor, hasta abandonar la mesa de negociación dejando sentado al líder nacional, César Camacho, se sintió lastimado, herido, sentido por esa decisión.

Filtró que buscaría ser candidato del PAN a presidente municipal de La Paz. No se le dio.

Se escondió y no dio la cara ni a los medios de comunicación que querían entrevistarlo.

Así con la amargura de no ser considerado ni él ni su señor padre, González Nava dio rienda a una deslealtad, en ese entonces a la federación y una traición al partido que le dio oportunidades a él y al líder nacional de la Croc.

Recursos humanos, materiales y económicos, fueron determinantes para apoyar la campaña blanquiazul en diversos flancos.

Así, con esa desfachatez, los eventos de “apoyo” quedaron evidentemente en una simulación.

Sin menciones a Ricardo Barroso, sin considerarlo en sus discursos, croquistas líderes y candidatos creían quedaban bien con las representaciones nacionales como el propio César Camacho y con el senador Emilio Gamboa.

Desde un humanista José Manuel Rojas con descalificaciones; el trabajo en contra de Felipe Prado en Mulegé, alentado por la Croc; ubicando a la dirigente de mujeres croquistas en Los Cabos en la planilla de Narciso Agúndez, en segunda posición y otras acciones más que hizo con Wallas, Polanco, sólo por mencionar esos nombres.

Y de los pactos tomados dejó al garete a Axxel Sotelo en La Paz y no se metió en el terreno de apoyo a la gubernatura.

Ahora saltan a la palestra con el tema de que no hubo traiciones.

Perdidos en el laberinto de sus aspiraciones, hoy quedan presentes y en espera, con la intención clara, más que evidente, de hacer una genuflexión ante las autoridades de los nuevos gobiernos electos de la entidad.

(Continúa, en Complicidades VI)