Por Víctor Octavio García

Y el amigo Valentín

• Político
• Intelectual

Quiero  honrar la amistad, más allá de cualesquier interpretación que pueda dársele, con Valentín Castro Burgoin, quien pese a encontrarse prácticamente fuera de los reflectores políticos, sigue dando de qué hablar, en los ambientes  intelectuales, que constituyen otra faceta, siempre cultivada y atendida, del ex líder de la Gran Comisión del Congreso del Estado, en la VIII Legislatura en la que tuve la oportunidad de servir como vocero oficial. Y lo hago porque en ese ambiente, Valentín sigue incrementando su acervo, escribiendo lo que le apasiona, la historia y la política del Estado, estando próximos a aparecer dos libros suyos en ambas disciplinas.

Ahora me ocupo de él por los tiempos procelosos de la política en la entidad, porque si hay algo que podríamos decir de Valentín Castro Burgoin, con quien me identifico por nuestras raíces cabeñas, por el maldito espíritu de contradicción –como decía Manuel Buendía–, y por la pasión por esta tierra, como algunos que se han dedicado a la política, y que se han empecinado en dejar huella tras de sí, en este caso en libros para la posteridad como homenaje a nuestra tierra.

De Valentín, propios y extraños, amigos y no tanto, admiradores y detractores, podrán decir misa, pero hay algo en él, incuestionable: da la cara y saca la casta. Me consta, pues me tocó vivir los vaivenes de una legislatura contra la pared por los factores de poder al interior del PRI y del gobierno, tanto estatal como municipal, y estar cerca de sus preocupaciones, que sigo compartiendo. Y sobre todo, en la ruptura del régimen priísta en 1999, donde prominentes autoridades quisieron utilizar al Congreso del Estado como su tablita de salvación, para tener una coraza institucional, hasta cierto punto legal, para evadir el ajuste de cuentas del perredismo, más no lo lograron por el apego de Valentín a la legalidad y al orden constitucional.

Recuerdo que después de concluir su trabajo en el Congreso del Estado Valentín se fue a la ciudad de México, pero pesaron más las circunstancias y regresa a continuar su vida; después de un año es invitado reiteradamente a incorporarse al gobierno de Leonel y forzado por la necesidad ocupa algunos cargos hasta que la imposición y el nepotismo encarnado en Narciso Agúndez le hacen enfrentarse políticamente al gobernador Leonel Cota, a quien denunció penalmente por usurpación de profesión, y en la revista Proceso y en el periódico Reforma, por el desgobierno y las ventas patrimoniales; asimismo actuó políticamente organizando el Frente Anti-Reeleccionista Sudcaliforniano durante el proceso electoral del 2005; posteriormente aliado de Luis Coppola, colaboró fuertemente para el triunfo del candidato panista al Senado. Pero otra vez las circunstancias  lo ponen en el activismo como coordinador de campaña de Víctor Guluarte en su segunda vuelta por la alcaldía de La Paz, candidato que obtuvo una copiosa votación en el Partido Nueva Alianza, convertido con ello en la segunda fuerza electoral del municipio de La Paz. Y qué decir de los aciagos años del leonelato,  especialmente los dos últimos de Leonel y los seis de su primo Narciso, Valentín con su organización política ¡Ya Basta!, que no logró convertir en partido político local  por falta de dinero, ejerció prácticamente en los medios de comunicación la más fuerte resistencia y oposición a ambos gobiernos perredistas. Algo que no ven los que no quieren reconocer que ellos, omisos y sumisos, políticos que no abandonan su zona de confort, oportunistas pues, no hicieron más que tender la mano y doblar la cerviz, y son hoy por hoy, los más connotados “críticos de café”.

Este ir y venir en los maltrechos caminos de la política local son públicos y notorios y no son desconocidos, mucho menos secretos. Lo dijimos, Valentín da la cara como  el hombre político que es, en esa búsqueda de sí mismo, y de hacer corresponder sus acciones con sus convicciones, por lo que para muchos de sus amigos, no nos es extraño este activismo del que se dio cuenta, cuando sin dinero luchando por la sobrevivencia, lo embarcaron en el proyecto de la diputación federal por el Partido Nueva Alianza, donde efectivamente demostró sus dotes de orador nato y de capacidad para el debate político, pues en los encuentros con los otros candidatos, fue el que se confrontó con el entonces candidato oficialista del PRD, el tristemente célebre “Puchas” Víctor Castro Cosío, mientras los otros “nadando de muertito” esperaban obtener el triunfo. Luego, en el 2011 se incorpora a la candidatura de Esthela Ponce Beltrán, donde fue pivote electoral en el Segundo Distrito, el mismo donde fue diputado en 1996.

Ahora los tiempos de la política, cada vez más abiertos y desacralizados, permiten anticipar que la que se viene será una elección como pocas de las que hemos vivido en los últimos años, pues los escenarios han cambiado drásticamente y los duros golpes impositivos a partir de enero de 2014 auguran fuertes molestias y reclamos a partidos y representantes que no hicieron nada para evitarlo. ¡Qué tal!

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SOBRE EL CABRESTO
Sorpresas que da la vida. Si usted recuerda el Eje Berlín-Roma-Tokio que se formó durante la II Guerra Mundial para enfrentar a los Aliados, aquí, en BCS, se revivió un viejo Eje conformado por Carlos Mendoza-Marcos Covarrubias-Esthela Ponce, en las enaguas de la “oposición” a la homologación del IVA en las zonas fronterizas. Nada más que el mencionado Eje tomó de nuevo vida no para hacer paradas en corto a la pretensión presidencial de incrementar el impuesto al valor agregado, sino para “bajar del macho” a Ricardo Barroso que sigue arriba, muy arriba en las preferencias y en el ánimo de los sudcalifornianos, mientras los esperados posicionamientos políticos nomás no llegan, con todo y el 16 % de IVA. Sin embargo, la situación no es tan plana como se ve, porque en aras de manifestar y expresar su justa oposición al incremento del IVA, se exhiben como monteros en medio de una feroz campaña de linchamiento político contra Ricardo Barroso. Lastima, que una lucha social (bandera) limpia, justa, reivindicatoria, casi patriótica, finalmente quede en una burda campaña de linchamiento político en la que tampoco se han escatimado recursos públicos ni tempo oficial……Salud.