• Patricia Ramírez: «Sin pena ni gloria»

Por: Armando León Lezama

A las doce de hoy primero de julio de 2013, soberbio, enaltecido, institucional, se registra a decir de las voces de columnistas y articulistas de prestigio local, Juan Alberto Federico Valdivia Alvarado en fórmula con Patricia Ramírez Gutiérrez. Ambos priístas se apegan al protocolo de las instituciones electorales de este país que exigen formas para que el contenido tenga un fondo constitucional: Los partidos no se mandan solos.

El par de militantes se presentan despojados de cargo de elección popular alguno. Solamente son ciudadanos mexicanos con derechos políticos a ejercer libremente.

Los afiliados al PRI, SUPONEN que tienen una gran fortaleza. En lo personal, respecto a los registrados con padrinos de lujo – aunque intenten no decirlo – más vale empezar a escribir nuevas páginas en vez de repetir criticas que volverán a aparecer si las personalidades en mención que se AFIRMA por la voz popular son los “palomeados”, no pasan los retos obligados.

Si las prisas no les ganan hasta el dos de julio se emitirá el dictamen de procedencia e improcedencia del registro y a su vez la constancia de validez y de ahí en adelante, llamar a la planilla “de unidad priísta”, dirigentes del tricolor para el periodo 2013 – 2017.

Regresando al tema de la fortaleza del PRI. “Sí hay músculo”. No cabe duda que sus comités municipales, sectores, Movimiento Territorial, Organismo Nacional de Mujeres, Frente Juvenil Revolucionario, Asociación Nacional de Civilidad Revolucionaria, consejeros políticos, militancia en general son contingentes de ciudadanos muy capaces, comprometidos, leales, participativos, que distan mucho de la calma y silencio que se observó durante el pregón anticipado de Valdivia y Flores, quienes, irrumpieron en el escenario, acaparando postulaciones en aras de la unidad.

Hoy el PRI llega a su nuevo presidente, en el entendido que no son tiempos de mandarse solo. Que la responsabilidad de dirigir un partido político de la estatura histórica del viejo partido de Estado, del PRI de siempre, el que la historia de México registra como creador de las Instituciones, pues su mejoramiento lo han hecho la diversidad de pensamientos dentro del contexto de ser una nación, libre y soberana gracias a luchas de varios siglos.

La encomienda no es menor; pero se ven menores de edad los que serán los protagonistas. Llegan al cargo con una especie de lucimiento personal; no  revelan responsabilidad social. El que será presidente, deberá dejar el cargo y no salir con la jugada de regreso al cargo de legislador. No señor, El suplente profesor Cesáreo Mayoral debe asumir esa responsabilidad honorable de ser representante popular en el Poder Legislativo Estatal.

Valdivia al PRI. Paty Ramírez, exlegisladora sin pena ni gloria. Muy alegre, si acaso esa es su distinción. Del caballero Valdivia, “le cuesta trabajo fingir exceso de amabilidad ante el populacho, que lo ve con enojo por su proceder”.

Bueno, ahora será distinto, tendrá que aprender a no fingir cariño y respeto por cada militante, elevar la dignidad de la persona y aún  al decir no, hacer a un  lado la petulancia.

Y termino expresando, señor Juan Alberto Federico Valdivia Alvarado,  en el caso del PRI, es un traje de lujo al cual usted deberá ajustarse. No es el traje el que se ajusta. Recuerde, no basta tener suerte y relaciones de apariencia; mejor gane aprecio sincero de los habitantes de este bello Estado y en particular de sus compañeros militantes.

Señor, me pidió usted un escrito que lo eleve como personaje público y le digo, no me fue posible, está usted muy desdibujado, pero en su PRI, desde hoy, pise el suelo; no las nubes.

Finalmente, el desterrado aspirante a la misma silla de la obediencia, Jesús Flores Romero, dejó de contestar las llamadas y mensajes, se extravió en su exilio, y a manera de consolación, para que no  extrañe el ambiente, hoy rema su presente en aguas del mar Caribe.