Por Víctor Octavio García
Pasado en el olvido
- Patrimonio indígena
- Sin atención ni salvaguarda
California –que dio origen al nombre de la mítica “California” que hoy conocemos, tierra de bellezas, mitos y misterios. Las más de cinco mil fichas bibliográficas que hablan de la “California” que se mencionan en “Las Sergas de Esplandían”, de Garci Rodríguez de Montalvo, es una realidad hablada, cantada, escrita y descrita tanto por hombres del viejo mundo como por los nacidos en esta tierra; al igual que por visitantes extranjeros que en calidad de turistas llegan aquí, otros por estudio e investigación la han conocido y descrito. Esta tierra es, por eso y mucho más, tierra milenaria.
Bellezas naturales y misterios que encierran esta península, que como una lengua de tierra se introduce al Océano Pacífico, formando dos mares, y que quizás poco conozcamos a profundidad, también están lejanas de nuestro alcance la historia, la geología, la arqueología y la antropología, y ciencias afines, pese a las serias instituciones educativas y de investigación científica que tenemos, porque poco sabemos de todo lo que nos rodea, y en el mejor de los casos, permanece encriptado esperando mejores tiempos para darse a luz pública y propiciar mejores y mayores investigaciones.
Es el caso que de nuestro pasado indígena reciente que fueron objeto de evangelización y aculturación por parte de los misioneros encabezados por Kino y Salvatierra, sabemos lo elemental, lo que ellos escribieron y a su manera, desde luego sin desconocer que pudieron haber sido escritos con apego a la realidad, sin desconocer el contexto y la intencionalidad de sus autores. Gracias a ellos, a su labor intelectual e indagatoria, tenemos información de estos procesos importantes que se sucedieron desde los inicios del siglo XVII. Pero más atrás, poco conocemos y a este desconocimiento han abonado instituciones que debieran de cumplir su encomienda, como el INAH, que en otras partes del país, realizan una trascendente labor, pero que aquí apenas si cubren algunos edificios y vestigios históricos, y en eso se entretienen habiendo mucha tela de donde cortar, habida cuenta de cualquier estudio e investigación que se realice sería pionera, simplemente porque no existen.
El en el extenso territorio sudpeninsular, muchas son las zonas con sus característicos microclimas; montañas, arroyos, laderas, cuchillas e inhóspitos lugares, en las sierras y en las costas, donde a flor de tierra brotan por doquier vestigios culturales de nuestros grupos indígenas, y no son pocos los lugares donde abundan restos fósiles que nadie cuida, y muchos de estos restos son objetos del tráfico y la venta ilegal, y desde luego de esta manera se da un saqueo importante de estas piezas.
Conozco de varios casos y de gente que atesora este tipo de piezas, sobre todo de restos fósiles, pedernales, metates y mazos que por su composición pétrea se encuentran intactos, y ellos prefieren conservarlos antes que entregarlos a las autoridades –léase INAH– que debiesen cuidarlos y custodiarlos, pero que en la práctica se prestan a la comercialización ilegal y al saqueo, pues no es novedad para ninguno que si queremos conocer lugares públicos donde se exhiba nuestro pasado histórico y arqueológico, tenemos que salir del país e ir a museos en Estados Unidos, donde allá los conservan, y no donde debiesen estar, en nuestra tierra.
Sé de un caso muy singular, que me llamó la atención, y que debiese ser investigado, porque para quienes poco sabemos de estos menesteres, da pie a dejar correr la imaginación. Se trata de una pieza, que a lo que me dijo mi amigo, del que no revelo su nombre, es que fue encontrada hace unos diez años en un arroyo de la sierra, en la zona de la delegación de Los Barriles. Él se mostró sorprendido cuando la tuvo en sus manos, porque es una concentración de tierra arcillosa y calcárea petrificada, misma que llevó para que la analizaran unos investigadores de la UABCS, entre ellos un geólogo alemán, quien le dijo de que materiales se componía y la edad que aproximadamente tendría, y que superaba los 2 millones de años. Dijo también que en la zona en que se formó estuvo cubierta por el mar, y que la forma caprichosa que tenía era producto de la casualidad de la naturaleza. Pero me pregunto, porque conozco esa pieza, de qué manera la casualidad puede formar una piedra en tantos miles de años que tiene la forma exacta de una pata con cinco dedos, tan bien formados, donde la superficie lisa no deja lugar a dudas de que fue una formación y no producto de la elaboración humana. Son miles de años, la edad de esa piedra, y si efectivamente fue encontrada en esa zona, lo más seguro es que se formó de un molde de una pisada de un antepasado de monos superiores, de un orangután, o mucha seria la especulación, de un homo erectus, misma que se petrificó, y ahí se dio el proceso de acumulación de materiales, de los que comentó en su momento el geólogo alemán. ¡Que tal!.
Para cualquier comentario, duda aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com
SOBRE EL CABRESTO
Se da como un hecho de que César Camacho Quiroz, Presidente del CEN del PRI, estará entre los invitados en el II Informe de Esthela Ponce Beltrán. La presencia del mexiquense en tierras sudcalifornianas en vísperas de la elección o selección de la próxima dirigencia local del PRI, significará un fuerte respaldazo al liderazgo de la alcaldesa de La Paz, liderazgo –y hay que decirlo– trasciende más allá del municipio que gobierna….Salud.
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Y POR QUE CALIFORNIA?
Que bueno que Victor Octavio toca un tema como este; que lastima que los del INAH no hagan nada para investigar mas a fondo nuestras raíces. Seria bueno tambien que esta piedra o fósil sea investigada por especialistas, porque si es como se dice, mucho de nuestro pasado continental puede cambiar tremendamente. Ojalá haya especialistas que se interesen y se `pongan en contacto con el periodista. Felicitaciones
que interesante leer esto sobre nuestro estado…
Es tan bella y misteriosa nuestra peninsula que la mayoria que somos de aqui ni la conocemos, prefieren sacar su visa e ir a conocer otros lugares sin saber lo que tienen en su estado y que los extranjeros la valoran y la admiran mas que los nativos (el clasico malinchhismo mexicano).