Por Víctor Octavio García

Nuevos Consejeros

• Instituto de Transparencia
• Reestructuración

Todo indica que la transparencia en la información pública que empezó en México como en cualquier parte del mundo como una moda echará buenas raíces. Hasta hace poco la interpretación y el uso que a la información pública y no tan pública que desde el poder se le daba a este elemento importantísimo de la democracia –aunque siga  haciendo de las suyas– era de que “quien tiene la información, tiene el poder” y en consecuencia los gobiernos de todos los niveles se reservaban el uso y la disposición de la información a su antojo sin que hubiera poder humano y legal que los obligara a dar transparencia a los actos, a los documentos y al uso de los recursos públicos. En esa lógica, los informes y la rendición de cuentas a los organismos fiscalizadores no ha pasado de ser una mera escenografía para el aplauso fácil y la medición teatral de fuerzas entre actores políticos.

Por eso, en la medida en que se ha negado la información del ejercicio gubernamental es en esa misma como ha crecido la opacidad, los malos manejos, los desvíos de recursos y la corrupción. Así hemos visto crecer en forma grosera fortunas sexenales o cada tres años y más que eso, arreglos en lo oscurito que impiden el castigo a los responsables  y a los delincuentes que si bien hoy meten a la cárcel mañana salen a festejar con banda y mariachi la burla al pueblo, como ocurrió con Narciso Agúndez, Luis Armando y compañía. Aquí en el estado lo hemos visto hasta el cansancio, y ha sido el tema de la corrupción, la base del hartazgo ciudadano y de la pérdida de la confianza en los políticos y en los gobiernos en lo general.

El que los ciudadanos de “a pie” tengan y ejerzan materialmente el derecho a la información mediante leyes y reglamentos que en forma efectiva conducen a ello, significa un avance importante en la rendición de cuentas pese a que por desgracia no lo es todo dado que todo es negociable, y son pocos las “raras avis”, los políticos que se niegan a dejarse llevar por la fuerza de los vientos que soplan en determinada dirección.

Desde hace unos días se ha venido ventilando en la entidad, el tema del Instituto Estatal de Transparencia y Acceso a la Información y su conformación, y los diputados locales en la sesión  pública del día de ayer, nombraron  a los nuevos consejeros que Alberto González Rivera y Félix Pérez, de los que saldrá el nuevo presidente  del instituto, porque Silvia Adela Cueva Tabardillo ya fue presidenta. La decisión de los diputados  no puede verse como un asunto de mero trámite, ya que el uso discrecional que se le ha venido dando a la información pública, debe cambiar básicamente, para que este órgano gubernamental cumpla efectivamente con su función y deje atrás la imagen de ser un instrumento manejado por el poder. Simplemente que se ajuste a la ley y a su reglamento para que facilite el acceso a la información pública y no se manejen argucias leguleyas que niegan en los hechos la información solicitada, o la hacen tortuosa o dilatoria para enfadar al solicitante, y se evite que los asuntos pasen a litigios en el Tribunal Superior de Justicia, donde también hay que decirlo, también se peca de uso discrecional y no goza de buena reputación ante los ojos de los justiciables.

Claro está que no solo se trata de que las leyes y reglamentos positivamente existan y materialmente brinden esa posibilidad, sino también de las personas a las que se les responsabilice de estas tareas en la entidad. Y aquí, en el terreno de las personas, vale la pena destacar que uno de los prospectos para liderar la administración del instituto, y que este cumpla con los fines para los que fue creado formalmente, es del hasta hace unos meses delegado del Registro Agrario Nacional, Luis Alberto González Rivera, un joven profesionista que tuvo un buen desempeño en su encargo federal y que se ajusta muy bien al perfil que se requiere para que la transparencia en la entidad siente sus reales.

Cocemos a Alberto González Rivera, y de los prospectos, es el que tiene la experiencia administrativa y el manejo para responder en la nueva etapa que debe generarse en este Instituto Estatal de Transparencia. No es exagerado señalar que la rendición de cuentas; evitar que el gobierno produzca un puñado de políticos ricos y “empresarios” cómplices como sucedió en el viejo Sistema Transporte Urbano de La Paz; una obra pública deficiente como los pavimentos o insultantes como los dispendios en las API’s; fuentes danzantes entre una interminable lista de asuntos que necesariamente deben tener otro tratamiento a luz de la opinión pública y la democratización que exige esta valiosa herramienta de los actos de gobierno, porque esto, más que voluntad política de los gobernantes es un asunto de leyes y de instituciones, e ineludiblemente de personas. ¡Qué tal!

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com

SOBRE EL CABRESTO
ESTHELA PONCE participa este viernes en el foro con alcaldes que convoca la SEGOB en los trabajos de la conformación del eje uno del Plan nacional de desarrollo. Miguel Ángel Osorio Chong, Coordinador del Eje de México Seguro, hizo la invitación a Ponce Beltrán para que presente una ponencia en la materia. En este contexto la edil sudcaliforniana disertará sobre las retos que afrontan los municipios con gran tendencia poblacional y por ende de servicios, ser un gobierno eficaz, como se titula la ponencia que presenta en el centro del país, ¿cómo hacer más con menos?, y el desafío de hacerlo bien para que perdure y transforme, el desafío de adoptar políticas públicas que permitan desarrollar los beneficios de la urbanización en nuevos modelos de Ciudad y de ciudadanos más participantes….Salud.