Por Víctor Octavio García

Reforma con garrote

• El “Elbazo” de Peña

No obstante que no es común tratar temas nacionales en este espacio, hoy es obligado hacerlo por el ya conocido caso del “El Elbazo de Peña”, asestado la tarde del martes pasado con todo el poder del Estado, hecho que queda inscrito no solo en la “impronta” política del Presidente, sino en el reinicio de su personalísimo estilo de gobernar, no ajeno a la época dorada del priísmo de los años de crisis recurrentes y del salinismo del descontón.

Poco tenemos que aportar a la reflexión sobre un suceso a todas luces trascendente por sus efectos, tanto en la cúspide del sindicalismo charro como en la alta política y en la política de barriada. La aprehensión de Elba Esther Gordillo, que queda sujeta en una singular interpretación de la normatividad legal en un acto puramente procedimental ejercido por la Procuraduría General de la República, a la vera de una decisión en la que, en palabras del propio Procurador Jesús Murillo Karam, el Presidente “sólo fue informado”, cuyos efectos parten y llegan al terreno de la alta política recordándonos los desmanes y excesos de la presidenta vitalicia del SNTE utilizados a su vez en contra de Carlos Jonguitud Barrios, los cuales concurren en el poderoso sindicato desde hace más de veinte años cuando Elba Esther Gordillo se entronizó en el sindicato echando mano del autoritarismo más grotesco y de un criminal dispendio de las cuotas sindicales en forma patrimonialista, exactamente al igual que su antecesor.

El problema en el ejercicio del poder público y la renovación o no de alianzas políticas en muchos sentidos descansa en la utilidad de la razón de estado. Esa “razón de estado” que se invoca por quienes detentan el poder –al menos formalmente– obliga por igual a que den la cara ante las decisiones que se toman para renovar la confianza, ampliar los límites de legitimidad y evitar que la inestabilidad corroa o afecte el cuerpo político, lo que plantea un accionar transparente y coordinado del aparato estatal para no incriminar discrecionalmente a quien se atraviese sin reparar en otros casos de caciques sindicales como el de Romero Deschams o de poderes fácticos como Televisa y televisión Azteca, gobernadores, ex gobernadores, etc., recurriendo a facultades meta constitucionales, inclusive más allá del uso legítimo de la violencia.

La demostración de fuerza del presidente de la República, y del justo objetivo de recuperar el control –rectoría– de la educación nacional, el mensaje debe llegar más lejos, a estados y municipios, a las grandes corporaciones, a los vende patrias disfrazados de agencias empresariales, e inscribirse no tanto como un ajuste de cuentas –que en los hechos lo es–, sino como un acto reivindicatorio del imperio de la ley, la que debe aplicarse sin excusas, ni pretextos, ni razones de estado, sino “lex dura lex”, porque, como dice el viejo refranero popular; “el indio no tiene la culpa, sino el que lo hace compadre”, el presidencialismo mexicano a lo largo de la historia ha prohijado el surgimiento y fortalecimiento de cacicazgos de todo tipo y colores, mismos que le han servido para mantener el control político, para premios o castigos. Se trata, luego entonces de que la ley sea pareja para todos y no solamente la utilización de los recursos legales, los aparatos de procuración y administración de justicia –PGR y SCJN– para actuar con parcialidad o para mantener a raya, tanto a cómplices como a enemigos criminales, y a adversarios políticos.

La corrupción, que al final de cuentas es el mal que erosiona el tejido social en todo el país, es un problema tan complejo y el ciudadano de a pie, no ve para cuando este mal sea reducido a su mínima expresión, porque parece ser la condición sine qua non de la política tradicional, para poder llegar a la cúspide de las decisiones estatales y nacionales.

Si otro fuera este país, y la decisión de encarcelar a Elba Esther Gordillo por los graves delitos cometidos que se le imputan, no fuera más un acto de control político que de aplicación de la ley, gobernadores, presidentes municipales, diputados y secretarios de estado, no dormirían tranquilos, pues es difícil sostener que la probidad y la honestidad fueron las  cualidades per se para llegar al ejercicio del poder, y no las componendas, la corrupción, la inmoralidad y el uso y abuso de los recursos públicos para entronizarse y garantizar su permanencia en el poder. ¡Qué tal!

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com

SOBRE EL CABRESTO
En gira de trabajo por el norte del estado, el gobernador del estado Marcos Covarrubias, puso en marcha y entrego obras de beneficio social por cerca de 20 millones de pesos en la cabecera municipales y en comunidades rurales del municipio de Loreto como Agua Escondida y el Peloteado. En tanto en la zona de la Pacifico Norte, entrego obras por más de 26 millones de pesos….Hoy, poco después del mediodía, el Doctor Óscar Báez Sentíes, Director del Instituto Tecnológico de La Paz, hará la presentación del “Informe de Rendición de Cuentas 2012”, en el auditorio de posgrado de dicho Instituto…..Armando Martínez Vega, Secretario General de Gobierno, dio posesión a Donaí Carreón Estrada, como Encargado del Despacho de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, así como responsable de los Centros de Reinserción Social de La Paz y Los Cabos….¡Vaya imaginación! Siguiendo la misma cantaleta del agudismo, Fernando García Romero, Secretario Estatal de Pesca, anunció el “SERIAL SEPESCA BCS CONTIGO”…..Salud.