Por Víctor Octavio García

PRI

• Expediente incómodo
• Fierro caliente

Está claro que el caso del diputado traidor, Ramón Alvarado, se salió de cauce y quienes hicieron ruido denunciando su desleal proceder tampoco previeron establecer un control de daños y el caso pasó, de ser un expediente incómodo a “fierro caliente” para la tibia dirigencia estatal del PRI. ¿Porqué en fierro caliente?, por que a Ramón Alvarado lo que menos le importa es su defensa; ahora va, nada más ni nada menos, que por la dirigencia estatal de la CNC. ¿Quihubole?.

Lo peor, es que va a ser dirigente de la CNC en BCS con todo lo que pasó y ha pasado, y sí no, remítase a dos, solo dos señales que se produjeron la semana pasada en medio de la estridencia causada por el proceder (nada raro) del diputado traidor: La presencia de Joel Ávila (la Celestina mayor del PAN o el Alfredo Porras del PAN) en la CNC, que acudió a la casa de los cenecistas no solo a escuchar los lamentos del campesinado perredista sino, fundamentalmente, a “planchar” el inminente arribo del diputado traidor al máximo liderazgo campesino en el estado.

La otra señal –clarísima por cierto– es la tibia actitud que ha asumido la Comisión de Justicia Partidaria que ha mostrado su incapacidad –óigalo bien, su incapacidad– para imponer un correctivo al desobediente legislador. El hecho de darle “largas” al asunto significa que la “Comisión” no va a actuar en contra del diputado y que el caso lo va a dejar correr, toda vez que los principales apoyos políticos de Ramón Alvarado (Beatriz Paredes, la Divina Providencia o la Santísima Trinidad) ya decidieron que sea el nuevo dirigente de la CNC en BCS y operan en ese sentido. (Ver Tribuna de Los Cabos y otros medios que están “lavando” la imagen del diputado traidor).

Un caso de párvulos que más tarde que temprano desembocará en un serio conflicto de pertenencia e identidad partidista, donde los que le han brindado un callado poyo al diputado traidor –incluyendo a los integrantes de la Comisión de Justicia Partidaria– difícilmente podrán conservar la “doble mascara” o “doble cachucha” que vergonzosamente han exhibido a lo largo del conflicto que escaló hasta convertirse en un auténtico “fierro caliente” para el PRI de cara a las elecciones de 2012 y del 2015.

Todo, por la falta de oficio y operatividad política que se dejo ver en el PRI Estatal al dejar crecer un asunto menor que si bien ameritaba un jalón de orejas, dos nalgadas y una cachetada guajolotera en corto, se desbordó ante la opinión pública y exhibió a un PRI sin rumbo, sin orden y lo más lamentable, sin la autoridad necesaria de liderazgo para determinar que asuntos sí y cuáles no se deben debatir ante la opinión pública y cuáles se deben de manejarse en casa.

Dejaron crecer demasiado el “asunto” del diputado traidor hasta meter en una dinámica innecesaria de descalificaciones, periodicazos y medición de fuerzas a los principales actores políticos priístas, exhibiendo su incapacidad de poder encabezar un verdadero proyecto de partido, en contraste con la ambición irrenunciable de dejar nomás porque sí los espacios de poder que ostentan ociosamente.

En el recuento de daños, mas allá de la traición que el diputado traidor practica un día sí y el otro también, debe servirle al Delegado Nacional del PRI para ubicar de qué lado están sus aliados, y  en dónde se teje la tenebra rumbo al 2012, cuando queda claro que en la refriega se ha visto el esfuerzo de defender lo indefendible; de defender a quien despotrica en contra de su partido, aceptar a quien comulga en la toma de decisiones con otro partido, hasta el perdón, borrón y cuenta nueva, de quien ha violado lo más sensible de los documentos básicos de su partido que es la lealtad, pertenencia, la disciplina y la institucionalidad que le debe al Instituto político que le ha dado la oportunidad por segunda ocasión de representarlo en el Congreso local.

Lo más lamentable para los priístas es que ante este triste espectáculo donde sin duda se concluirá con el perdón al diputado traidor, los Dirigentes Estatales, los integrantes de la Comisión de Justicia Partidaria y el Delegado Nacional incluido, quedan desprotegidos de su autoridad para llamar al orden y a la disciplina de sus militantes, cuestión que no solo les pega a quienes hoy tienen cargos partidistas sino también responsabilidades administrativas, porque en el afán de limpiar los brutales desaseos cometidos por el diputado traidor, están echando toda la carne al asador en la “operatividad de su defensa” sólo para demostrar innecesariamente de qué lado está el poder, la autoridad y lo más lamentable, el dinero para comprar conciencias y espacios de poder. ¡Que tal!.

Cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com

SOBRE EL CABRESTO
Por ciento, y ya que andamos por los rumbos del PRI, Jesús Flores, Presidente del CDM del PRI en Los Cabos, hizo sus propias valoraciones sobre los requisitos que deben tener quienes pretendan –incluido seguramente él– ser candidatos a Diputados Federales y a Senadores de la República, por el PRI para el 2012. He aquí lo que dijo: “Estoy seguro que en la toma de decisiones se retomaran ejemplos de lo que ha pasado en procesos electorales pasados previo a la decisión de elegir candidatos tanto en procesos federales como locales. Cuando no hemos logrado mantener la disciplina y la unidad fracasamos electoralmente, cada quien sabe lo que le ha dado a su partido, el tiempo que le ha dedicado, el esfuerzo que ha otorgado, cuando han exhibido su pertenencia y actitud partidista, de ahí que aquellos que no han siquiera volteado a su partido mucho menos en los tiempos que no fue gobierno, o bien, cuando dejo de participar porque no buscaba puestos de elección popular, que  no espere que el PRI le toque la puerta de su casa y llegue a ofrecerle una candidatura. De hacerlo el rechazo de la militancia y la ciudadanía en general se reflejaría en las urnas”…..Salud.