ABCdario


Por Víctor Octavio García

Cacería

  • Acampada bajo protesta

Con mis afectos de siempre a mi amigo, Raúl Daniel Vizcarra Angulo; Presidente del Comisariado Ejidal de La Purísima.

Cuando planeamos la salida, habíamos quedado de “parajear” –bajo protesta– en los alrededores de la cañada del “Sal si Puedes”, todo porque Manuel, desde hacía varios días que traía metida en la cabeza de que allí había buenos animales. La última vez habíamos tumbamos un “hijuelachingada” de siete puntas y Manuel, al modo cochi, había quedado “picado”. Pese a mi reiterada sugerencia de “acampar” en las inmediaciones de la “Piedra Colorada” (donde al menos íbamos a divisar una que otra “doña”) se impuso la voluntad de Manuel, así que cuando sentí que mi propuesta había sido derrotada –como todo un buen Collins, terco y caprichudo– les advertí. Voy a ir bajo protesta; sí no agarramos nada castigaremos a Manuel con la pena máxima; no lo traeremos en las próximas tres salidas. Votamos la propuesta quedando cuatro votos a favor y uno en contra –que fue el voto de Manuel–. Que te parece, le pregunte. Manuel arqueó los hombros y contesto, compungido, ni modo; tú ganaste. No, le respondí, no se te olvide que el “pueblo da y el pueblo quita”.

Esa noche llegamos a la zona del “Sal si Puedes” poco antes de las nueve. Con la misma bajamos los cachivaches y levantamos el “campamento”. El equipo estaba integrado por Manuel, el Juan, el “Poco Lonchi”, el “Coyote con Frío” y yo. Las armas; un 30.06 con mira telescópica y una carabina 30/30 de grano libre. Así que para salir había que turnarnos; unos por la mañana y otros por la tarde. No llevábamos más armas por lo escaso del parque; cinco tiros de 30.06 y 6 de 30/30 no eran para presumirse mucho menos para desperdiciarlos. Ora sí que como dicen los políticos pobres, “había que administrar muy bien la situación”.

Prendimos una fogata –que no el “atizadero” — para “alumbrarnos” hasta poco después de la once de la noche, tiempo en el que nos echamos una que otra ballena y de allí acostarnos porque en el mañana, muy temprano, saldríamos a cortar “juella”. Así que cada quien preparó su nido. Al día siguiente, luego de tomar café y rasguñar unas piezas de pan duro, Manuel le giró instrucciones al Juan para la del “perro”; preparar brazas y poner, sin pulpear, una pierna de borrego para que se fuera asando lentamente como si de tratara al pastor, condimentada con ajo, sal entera y orégano, en tanto nos preparábamos y trazábamos el plan de caza: Manuel y el “Coyote con Frío” rápido hicieron equipo con la 30/30, mientras el “Poco Lonchi” y yo nos armamos con el 30.06. Salimos del “paraje” pasadas poco antes de las siete de la mañana. Manuel y el “Coyote” revisarían las cañadas que desembocan en la cañada del “Sal si Puedes”, en tanto el “Poco Lonchi” y yo le daríamos por los portezuelos que caí sobre el arroyo del “palo blancal”. La idea, era caminar hasta las once o doce del día, antes de que apretara el sol. Llevaríamos quizás una hora caminando cuando me dieron ganas de prender un cigarro. Le pase el rifle al “Poco Lonchi” para que se adelantara mientras me fumaba un cigarro debajo de la sombra de un palo “flecha del indio”. Hay te alcanzo, le dije.

Para esto, me recosté sobre la sombra de la “flecha del indio”, encendí el tercer Marlboro del día y a saborear el rico sabor a tabaco. No fue uno sino dos Malboros que me fume arrebiatados escuchando el triste cantar (para mi siempre ha sido triste) de una paloma pitahayera que posaba sobre el brazo de un cardón. Seguramente que muy cerca de allí tenía su nido y sus pequeñas tarabillas. Alcanzar al “Poco Lonchi” siempre me llevó más de media hora antes de que éste cruzara el primer portezuelo. Apenas habíamos descolgado sobre una de las extendidas faldas del portezuelo cuando nos topamos con las primeras –y únicas– “juellas” que vimos en dos días de “acampada”. Se trataba de un animal grande que cruzó, de norte a sur, siguiendo muy probablemente las primeras lluvias. Pese a que las “pisadas” no eran nuevas, quizás de un día anterior, siempre le cortamos “juella” para ver sí se echaba. Salvo lo que se entretuvo en los alrededores de un ciruelo y en varios “palo adanes” donde anduvo “broteando”, jamás detectamos que el animal se detuviera. Iba de travesía.

Por las pisadas y las enormes zancadas no había la menor duda que se trataba de un macho grande, de ocho o más picos. Después de cortarle “juella” por espacio de más de una hora, desistimos de la inútil búsqueda. Mira Víctor, me atajo el “Poco Lonchi”; te vas a dar cuenta que estás son las únicas “juellas” que vamos a ver; aquí no hay animales, nomás que el “jijuelachingada” de Manuel es más terco que diez mulas juntas. Bueno, y porque cabrones lo apoyaron para “acampar” aquí, cuando yo había propuesto la “Piedra Colorada”, le reclame. No, pos darle la contra es “pior” y como él se responsabilizó de la del “perro” –comida– no dijimos nada. ¡Ah que a toda madre!, ahora resulta que el de la “voz” es él, le recrimine. Mira, en cuanto nos chingemos el “cuartito” de borrego lo vamos a mandar mucho rumbo a chingar a su madre, me respondió. Lejos de que su repuesta me provocara coraje me produjo risa, con razón te dicen el “Poco Lonchi”, le dije entre carcajadas y carcajadas. No le gusto, pero se aguanto.

Aun quedaba retirado llegar al “palo blancal”, así que decidimos regresarnos desde las faldas del primer portezuelo. Para esto, cortamos un “atajo” por los lomeríos del “Palo Bola” a ver sí de chingadera divisábamos un “hijuelachingada”. No tardamos mucho en cruzar los lomeríos donde divisamos, a lo lejos, dos bestias que eran presumiblemente de Firmato Cota; una yegua alazana y un potrillo mascarillo. Digo presumiblemente, porque desde allí al “Cantil de Abajo” media una distancia de más de treinta kilómetros. Más delante nos topamos con una manada de burros mesteños –7 en total– que sesteaban placidamente en las frondosas sombras de un Palo Verde. Fuera de eso, no registramos ninguna otra novedad.

Fuimos los primeros en llegar al “campamento”. El Juan, diestro en “merjujes” culinarios pobres, había ideado asar la pierna de borrego al estilo argentino; horqueteada en dos varas gruesas de “palo de arco”, a la que les daba vuelta lentamente para que se asaran a “conciencia”. Había picado verdura y amasado minsa para destender unas de maíz sobre la disca. Nos esperamos cinco minutos para abrir la primera ballena y decir que la primera es solo un decir, porque el Juan tenía tres embases vacíos sobre la improvisada mesa. Aún no puedo describir la sensación que sentí con de los primeros tragos fríos de ballena que me quemaron el gaznate. No tardaron mucho en llegar Manuel y el “Coyote con Frío”. Manuel hizo lo propio, mientras el “Coyote con Frío” optó por un vaso de café caliente, porque siempre anda “empastillado” merced a sus viejos males.

En cuanto el Juan comenzó a destender las de maíz cada quien hizo cola; con un cuchillo rebanábamos la pierna y directo el pedazo de carne a la tortilla, le echábamos salsa picada o de molcajete y ¡palos!. No se sí el términos más apropiado sea decir que comimos pero para mi fue una fenomenal hartada. La pierna pesaría cinco kilos, el caso es que casi nos la acabamos alternándola con vasos de ballena bien fría. A esa hora, tres de la tarde, el termómetro muy posiblemente marcaba los 38 grados bajo sombra, así que imagínense el tamaño atrancón que nos dimos, en medio de una brutal asoleada. Esa tarde no dormimos por el desgraciado calor, así que decidimos jugar domino toda la tarde, dándole baje a dos cartones de ballenas que llevábamos. Obvio, en la tarde nadie quiso salir quedándonos en el “campamento” a ver morir el día. Antes de dormir, cerca de las nueve de la noche, le dimos palos a lo que había quedado de la pierna de borrego. Por mi parte, colé café, llene los termos y saboree dos suculentos vasos de café negro antes de disponerme a honrar mi sagrado “coyotito” (dormir).

Al día siguiente, como era de esperar, nadie se levanto atizar la lumbre ni a colar café. Estuve en los tendidos varios minutos esperando que algún acomedido lo hiciera, pero nada, así que me levante, prendí la lumbre y puse la calentadora del agua para colar café. Mientras hervía el agua me lavé la cara y los dientes y aproveche para ir a tirar los calzones. De regreso colé café y levante a la tropa al grito; “levántense jijosdelachingada; ya tocaron diana; ya hay rejuego en la fonda”, expresión que me contó el General –y buen amigo– José Antonio Valdivia, que es utilizada en el alto mando del “generalato” cuando andan en campaña.

Como soy un inútil para lo de la cocina –y muchas cosas más– me prepare para salir. Invite a Manuel porque siempre aprendo algo nuevo de él. Vamos mi “comandante” le dije. Vamos pero con una condición; levántame el castigo. Cuál castigo, le pregunte. Que ya no me vas a invitar sí no agarramos nada. Mira, le respondí, el castigo es severo y hay que cumplirlo, como decían los griegos. La ley es dura pero es la ley: Dos, yo no decidí arbitrariamente no invitarte sino que fue producto de una decisión democrática, así que apela ante la mayoría y lo que decida la mayoría honramos. La palomilla capto mi mensaje y sin necesidad de exponer el asunto ante a un riguroso escrutinio, todos coincidimos en que se levantara el castigo. Puta madre, eres cabrón, me dijo con voz pausada. Solo me reí.

Esa mañana únicamente salimos Manuel y yo. Manuel con la 30/30 y yo con el 30.06. Como ya habíamos recorrido los alrededores –incluyendo la zona de cañadas que desembocan en la cañada del “Sal si Puedes”–. Igual, el recorrido que nos llevo más de cuatro horas; desde las ocho de la mañana hasta pasada las doce del día, no vimos nada, nada de nada. En una de las descansadas que dimos en la sombra de una vinorama que aproveche para saborear un par de marlboros, habría de comentarme lo que ya sospechaba; que no había animales. Cierto, la cañada del “Sal si Puedes” es, como muchas otras zonas venaderas, muy buena, salvo en ciertas temporadas del año. Me comento que cuando pega el “weste”, que son collas muy frías que se dejan sentir en los meses de febrero a abril, los animales se protegen del viento en las cañadas, pero cuando hace calor –con más de 38º bajo la sombra– los animales buscan las partes altas o los arroyos para mitigar el calor. Cuando me confío sus experiencias como venadero, obvio que le pregunte porqué “jijosdelachingada” nos había traído si sabía perfectamente que no íbamos a encontrar animales. Su repuesta fue muy simple; dizque porque tenía dos años que no venía a la zona y “pensó” que podía haber animales.

De ahí nos regresamos al “campamento” para echarnos un taco y vaya que taco; Hígado encebollado, arroz, tortillas de maíz, chiles toreados, café, cerveza y como postre, dulce de calabaza. Después de almorzar levantamos el “campamento” con las tripas llenas, las manos vacías y mentadas de madre a Manuel por su pinche capricho de “acampar” solo para hacernos pendejos. De allí nos retacharnos a esta ciudad para seguir en lo mismo; haciéndonos pendejos. ¡Que tal!.

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com

Share


Descubre más desde Colectivo Pericú

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

14 comentarios en “ABCdario

  1. Avatar de CONTESTANDO A LOS CONSTRUCTORES ENOJADOS DE B.C.S. CONTESTANDO A LOS CONSTRUCTORES ENOJADOS DE B.C.S.

    CONSTRUCTOR ENOJADO, COMO TU DICES QUE NO CONOCES BIEN A LA SEÑORA Y PORQUE LA OFENDES, PORQUE LE DICES ANALFABETA, ELLA NO ES NINGUNA ANALFABETA. TU NO SABES COMO ESTAN LAS COSAS, A ELLA ME LA LLEGUE A ENCONTRAR CADA SEMANA EN LA OFICINA DE RODOLFO COTERA EN CISE DE MEXICO Y SABES CUANTO DURABA LA SEÑORA EN LA OFICINA ESPEANDO A RODOLFO COTERA APROXIMADAMENTE DE 4 A 5 HORAS, CUANDO AL FIN LLEGABA EL, LE DECIA A LA SECRETARIA, AHI ESTA ESTA SEÑORA OTRA VEZ YA ME TIENE ENFADADO, DILE QUE NO PUEDO RECIBIRLA QUE TENGO UNA JUNTA (LA JUNTA ERA VER UN PARTIDO DE FUTBOL POR LA TV) Y QUE VENGA LA SEMANA QUE ENTRA. LA POBRE MUJER SALIA LLORANDO DE LA OFICINA DE ESTE ENERGUMENO PORQUE NO SE LE PUEDE LLAMAR DE OTRA MANERA. Y ASI CADA SEMANA LA SEÑORA IBA A L OFICINA DE ESTE SEÑOR COTERA Y NUNCA NUNCA LA QUERIA RECIBIR, ASI QUE SI NO SABES, MEJOR NO COMENTES NADA. YO SE QUE HAY MUCHA GENTE ENOJADA POR ESTE ASUNTO. Y SI PIDE AYUDA CON LOS DIPUTADOS PORQUE TIENE A SUS HIJOS ESTUDIANDO Y NO TIENE TRABAJO ES MUY DIFICIL CUANDO UNO YA TIENE 40 AÑOS QUE TE DEN TRABAJO, ELLA A SUFRIDO MUCHO POR FAVOR PIENSEN ANTES DE HUMILLARLA.

  2. Avatar de Pancholo Pancholo

    Querido Vitor:

    Bueno, parece que es inùtil explicàrtelo. Bien lo decìa tu nana cuando nos hablaba de agua y del tinaco… nunca comprendimos que se referia a Tavito.

    Mira, a pesar de lo que te ha dicho tu mamà, lo que presumes de literario no llega ni a guiòn para los huizapoles… y no es el tema, pues otros lo lograron. Un ejemplito?:

    CAZA DE CONEJOS
    Mario Levrero

    Nunca pudimos hacerle entender al idiota cómo son los conejos muertos.

    —Tiene orejas largas —le decíamos, y traía un burro.
    —Es pequeño —y traía una pulga.
    —Es del tamaño de un perro chico —y traía un perro chico.
    —Es un roedor —y traía una rata.
    —Vive en el bosque —y traía una víbora.
    —Tiene cuatro patas —y traía una mesa.
    —Se desplaza por medio de saltos —y traía un canguro.
    —Es blanco y tierno, simpático y sensual, de tacto suave y cuerpo palpitante —y trajo a su primita Águeda, con el corazón atravesado por un certero flechazo.
    (…)

    quihubo, Vitor?… entiendes?

    Leer, leer, leer y leer… tal vez cuando llegues a viejo puedas regalarnos una buena pàgina, pero, ojalà, la vida te haga comprender la sin razòn de la muerte, y tu puedas entenderlo y comunicarlo en lo que escribres.

    Saludos.
    Pancholo.

    Post-data: La narraciòn completa la puedes encontrar en la siguiente liga: *** Caza de Conejos, de Mario Levrero ***

  3. Avatar de pelochas racing pelochas racing

    deplano que a la gente nunca la tienes comforme, cuando no es por esto es pór aqueyo. INCHIS AMARGADOS. Y ESE FERTEDER QUE NO MAM.. A DE SER CHILANGO EL PUT… uste siga contando sus anecdota mi compa.

  4. Avatar de El arriero El arriero

    y k pasa con la veda, o esta como lo de las caguamas k nomas se las comen los k las cuidan ylos politicos como si fueran verdaderos dioses, k jodidos estamos en mexico por eso no respetamos la ley

  5. Avatar de JUANPUEBLODERECHO JUANPUEBLODERECHO

    DEJEN EN PAZ AL TAVO, TOTAL NO MATARON NADA, NOMAS SE EMPEDARON Y SE MENTARON LA MADRE.
    ¡PERO QUE NO LO VUELVA A HACER!
    P.D. QUE BUEN RELATO SUDCALIFORNIANO, BUENO PA QUE LO CUENTEN LOS HUIZAPOLES.

  6. Avatar de EL BORREGO EL BORREGO

    que desperdicio estupido de espacio y tiempo.aunque no cazaste nada esa vez,segun tu,tienes una mentalidad de criminal ecologico.no tiene nada de gracioso o fascinante el matar animales indefensos por la sola sensacion perversa de asesinar.porque seguro estoy que no padeces de hambre(con los chayot.. tienes suficiente) y por lo tanto no tienes necesidad de matar animales para subsistir.!!!SOLO EL PLACER DE MATAR!!!…!!!QUE FASCINANTE!!!!…jjjaJAJAJA. por eso estamos tan jodidos .el lenguaje y calidez choyera donde sea se puede percibir y sentir,sin necesidad de ir a asesinar animales.COLECTIVO PERICU APROVECHEN EL ESPACIO EN COSAS MAS IMPORTANTES QUE DARLE OPORTUNIDAD DE ESCRIBIR A ESTE (victor octavio garcia) GACETILLERO DE PACOTILLA.

  7. Avatar de Francisco Villa Francisco Villa

    Si fuera una invension, una novela, estaria divertida, medio corriente para escribirlo y hacerlo publico, pero es el lenguaje de nuestros rancheros y lo aceptamos, pero en realidad eres un depredador, que deberia ser investigado por Semarnat y no deberian darte oportunidad de escribir estas tonterias, debes de dedicarte a otras » pendejadas», jaja, ha … y te prometo ya no leer nada de ti, hijuelachingada.

  8. Avatar de Campiteño Campiteño

    Muy buena historia,con un realismo barbaro,y sobre todo el «caló choyero»,independientemente del objetivo del viaje,muy bien narrado,felicidades porque estas historias nos hacen mas ameno el dia.

  9. Avatar de FERTEDER FERTEDER

    Que escrito tan lamentable sobre una actividad completamente ilícita, y que ocupó un espacio necesario para asuntos de mas utilidad.
    Hay que mandarlo a Semarnat a ver si ahi le dan algun uso, cuando menos como testimonio para mandar a la carcel a los depredadores.

Replica a EL BORREGO Cancelar la respuesta