Por Víctor Octavio García

El Valdivismo, vuelve por sus fueros

Para desconcierto de propios y extraños el valdivismo está de regreso en la escena política. Para nadie es desconocido que esta corriente, que tiene su principal representante en el General José Antonio Valdivia, ha jugado un papel fundamental en los pasados procesos electorales del estado. Como aquí se ha afirmado ha sido este grupo el que aparentemente ha decidido las dos últimas elecciones a gobernador, así fue en 1999 y en 2005, sin pasar desapercibido el importante papel que jugara en la elección de 1993.

Este movimiento ha logrado permanecer no solo en el radar político sino en los corazones de miles de sudcalifornianos que aun piensan que Baja California Sur merece un mejor destino y que el cambio aun no ha llegado.

Hoy el valdivismo resurge en la figura del heredero de dos corrientes políticas, la del propio General Valdivia y la de uno de los ex gobernadores más queridos de esta tierra Alberto Andrés Alvarado Arámburo. Se trata del hijo del General y nieto del póquer de ases como cariñosamente le llamaban a Alberto, Juan Alberto Valdivia Alvarado, JAVA, ha logrado en tan solo unos pocos meses de intenso trabajo consolidarse como el proyecto más sólido y viable para la alcaldía de La Paz.

Juan Alberto, un joven con un  liderazgo y carisma incuestionable ha logrado construir a base de trabajo un proyecto serio y confiable.  Con gran tino ha logrado sumar distintas corrientes, que se antojaba difícil ver jugando en un mismo equipo, sin embargo con gran humildad, sencillez y talento ha logrado convertirse en una verdadera carta que  podría contribuir a sumar en un solo proyecto la unidad de quienes aspiran a la misma posición dentro del partido así como conciliar a las distintas corrientes políticas al interior del priismo.

La carta de JAVA no solo convoca a la unidad dentro del PRI sino que es el proyecto que representa a la nueva generación del partido y por así decirlo la apuesta a futuro de los mismo priístas.

Otro punto a favor de este joven político es la suma que la corriente valdivista podría aportar al proyecto estatal de quien al final del día logre la preciada candidatura al gobierno del estado. De ese tamaño es la decisión que tendrán que tomar quienes están evaluando las distintas posiciones en juego.

Puedo concluir diciendo que hoy, el PRI tiene candidato propio a la alcaldía de La Paz, la pregunta es, si lo tomaran en cuenta o correrán el riesgo, otra vez, de dejar fuera al valdivismo y correr la historia ya conocida.

Por Valentín Castro Burgoin

(Analista invitado)

*Desastre redimensionado

La lucha por el poder ha contaminado el ambiente socio-político en todo el país para lo que se avecina en el 2012, y por supuesto para Baja California Sur que ya estamos resintiendo la confrontación de facciones. Esta contaminación ha enrarecido y  confundido tanto a los ciudadanos comunes y corrientes, que no aspiran al poder, sino que desean un entorno adecuado para vivir; de ellos muchos no alcanzan a atinar que es lo que está pasando y menos pueden anticipar lo que puede pasar.

Por el lado  político, contaminación y confusión sientan sus reales ante una ciudadanía acostumbrada al monolitismo por décadas, con sus aciertos y sus errores. La alternancia producida en el 2000, también con sus lados positivos trajo sus graves consecuencias que nos hicieron remontar a las viejas monarquías del siglo antepasado y que no hicieron huesos viejos en el México de Juárez, y por supuesto hay que agradecer que tampoco en el México contemporáneo. Hablamos pues de ese “México  Profundo” (el de Guillermo Bonfil) que acepta a la democracia como sistema de vida, pero que a la hora de practicarla, miles sucumben gracias a los intereses creados, a la falta de educación y del afianzamiento de una cultura política, a la pobreza que ya raya en miseria en varias decenas de millones de mexicanos, que son sometidos por los cacicazgos regionales, económicos y políticos, y que son presa fácil por su propia necesidad económica de la manipulación, de la sumisión y de los dineros negros que la delincuencia entrega por derechos de plaza a políticos corruptos, para gozar de protección, encubrimiento e impunidad, una vez en el gobierno, como a todas luces sucede en más de una entidad y regiones del país.

Esa es parte de la explicación acerca de lo que está pasando en nuestra entidad, la que se ajusta a casi todas las apreciaciones aquí vertidas. Por eso muy pocos creen en los rounds de sombra de quienes se han apropiado de los escenarios políticos, porque cuentan con el dinero público y los medios para hacerlo. Hasta hace poco, parece que en Baja California Sur no existen más que perredistas que quieren ser candidatos a lo que sea, que están dispuestos al sacrificio, y que piensan que la política es una actividad tan fácil como mentir, repartir dineros, –generalmente ajenos- urdir componendas,  distribuir despensas, organizar rifas y prometer cargos y empleos en las próximas administraciones estatales y municipales y en el Congreso del Estado. Y son ellos los que hablan de multitudes en sus actos proselitistas disfrazados de jornadas sociales o de festejos de calendario, burlándose de la ley electoral,  porque efectivamente son cientos, quizás miles los que acuden, desgraciadamente para ver que obtienen. No es crítica a los que van -pues la gente no se equivoca al pensar que lo que reparten procede de los impuestos que pagamos y ven esto como una forma redistributiva del ingreso que niegan por vías institucionales-, sino a los que así piensan en hacerse populares, ganarse adhesiones para su causa, pensando que así están abriendo camino a sus ambiciones.  No reflexionan que a su manera, la gente común y corriente, también está haciendo política y pagándoles con la misma moneda, haciendo como que les cree, dándoles palmadas en la espalda para que engorde su egocentrismo, pensando que con dichas multitudes ya tienen asegurada la candidatura. Muchos  de los “precandidatos” se van a quedar con un palmo de narices.

Y mientras esto ocurre, se sigue abonando al conflicto político producido por la lucha por el botín, que bien puede ser para engañar una vez más al electorado, o definitivamente una ruptura anunciada entre NAM y LCM. Ya lo dijo Leonel: con Luis Armando Díaz a la gubernatura no va, incluso anticipó su salida del PRD, si es que todavía está ahí, pues en boca de la dirigencia municipal ya poco tiene que hacer él y su FDS. A lo que se ha llegado: un exgobernador, ex líder nacional que se creía hecho a mano, vilipendiado por un modesto dirigente municipal de su partido. No obstante ya se apuntó este disminuido exdirigente nacional por la alcaldía de Los Cabos, y con ello está abriendo una gran puerta para una negociación que le permita sostener a su dinastía, toda vez que si hay un municipio con un amplio manejo de recursos, ese es el de Los Cabos.

Pensar que si se da la ruptura interna el PRD estaría fuera del gobierno, bien puede ser una argucia alimentada para encarecer más la negociación de Leonel y que este se salga con la suya. Parece que no hay manera en que LAD sea impuesto por NAM con la sumisión de LCM, por lo que este empecinamiento de Leonel, puede ser un catalizador de la atención ciudadana acordado con el poder fáctico, -un nuevo engaño- para en un descuido sacar al verdadero candidato de NAM que no sería LAD sino Marcos Covarrubias o Juan Adolfo Orcí para la sucesión y mantener la unidad con la complacencia de Leonel y el FDS, pues en apariencia lograrían su objetivo de desplazar a un “indeseable”. Y así el juego resultaría como se planeó: mantener la unidad en el cacicazgo NAM-LCM, dejando a los opositores divididos peleando por las posiciones plurinominales, y seguir así, hasta las otras pizcas en el 2015. Ya se engañó en el pasado mandando de “opositores” a Alfredo Porras por el PT; a Rodimiro Amaya por el PRI-PVEM, junto con otro “adalid” (Manuel Salgado), y a Víctor Guluarte por el PANAL, en  la pasada elección municipal. Todos ellos ya están sin la máscara opositora, por lo que como estrategia desde el gobierno pueden volver a intentarla ahora mandando al “jefe de jefes” –Leonel-, para desde adentro, hacer que se crea en una ruptura, ni más ni menos al estilo perredista. Incluso se podría llegar hasta ver al exgobernador de candidato en otro partido siempre y cuando la oposición se mantenga dividida, por supuesto todo negociadito.

Pleito real o garlito

Por eso, si el pleito fuera real, hay quienes nos preguntamos: ¿Hasta donde se contaminará el ambiente político del Estado?  ¿Cuales serán las armas que utilizarán los contendientes en este que se asegura será un duelo cantado a muerte por los padrinos, a la vieja usanza de los combates de la edad media europea? ¿Quiénes serán los estrategas y dueños de los ejércitos mercenarios que se utilizarán en los campos políticos sudcalifornianos?.

Ya lo sabremos. Un adelanto de NAM para Leonel fue la reunión  que frente al Malecón sostuvo el gobernador con estos mercenarios reciclados de negro historial, anteriormente empleados del exgobernador y que se cambiaron de bando, porque ya no aguantan estar fuera del presupuesto de manera oficial.

Pero lo más reciente del affaire deriva de la entrevista sostenida por Leonel Cota Montaño y aparecida  la semana antepasada en el semanario tijuanense Zeta,  donde el exgobernador hizo blanco de sus críticas a Narciso Agúndez y a su candidato Luis Armando Díaz  y que  ya tuvo una demoledora respuesta a través de internet al exhibirse el meollo por todos conocido del activismo político del líder moral del FDS como una estrategia para recuperar el poder estatal mediante la promoción de su hermana alcaldesa de La Paz y su socio el actual alcalde de Los Cabos. Así lo más grave de este  ataque cibernético, de sutil  procedencia anónima, pero de una evidente y clara autoría que recae en los “adversarios políticos” de LCM se encuentra al responsabilizarlo a él, su familia y su camarilla política de la inseguridad que se vive en la entidad.

Y el otro misil –no menos destructor- disparado directamente por el propio Narciso Agúndez contra Leonel Cota  y su grupo político, fue la denuncia publicada a ocho columnas en el medio caracterizado como oficioso del gobierno donde se exhibe un acto de omisión en el pago de impuestos y presumible doble inscripción en el Registro Público de Los Cabos,  hechos relativos a  una transacción multimillonaria de más de cien hectáreas de terreno en Cabo San Lucas, calificándolo como un quebranto millonario a las arcas estatales por el propio gobernador, pero que pese a la posibilidad de ser verdadera inmediatamente se intuye que es una más de las estrategias para socavar una de las bases económicas del proyecto que busca el retorno de Leonel al poder político del Estado. Esto, independientemente de las motivaciones políticas para denunciar una presumible práctica corrupta e ilegal de los participantes, todos ellos militantes perredistas –acusador y acusados- y de la actuación a modo y por consigna del ministerio público del fuero común, utilizado para venganzas políticas, obliga de oficio a la autoridad federal a investigar el presumible delito por evasión fiscal. Todo indica que se ha destapado la cloaca y los fétidos olores de la corrupción se huelen a kilómetros tan solo en una de cientos de transacciones en las cuales las pasadas y las  actuales autoridades estatales y municipales se han manejado a su antojo, pues las primeras reacciones a la anunciada investigación promovida por NAM ha dejado al descubierto el tráfico de influencias y la línea política para corromperse y favorecer intereses particulares. Y solo es una.

*Mayorías ajenas

Y en medio de este drama,  que se asemeja al circo romano, la mayoría de ciudadanos tenemos la disyuntiva de quedarnos como simples espectadores o la de  participar para  darle viabilidad a la alternancia y recuperar la capacidad que está en los electores de destetar a las actuales autoridades que utilizan la nomenclatura de un partido y sus filiales –el PRD- para saciar sus apetitos de poder y riqueza. Y digo autoridades, no burocracia, porque así como son miles los ciudadanos comunes insatisfechos y hartos de este desgobierno, en los propios mandos medios de la burocracia estatal y municipal,  en los empleados y trabajadores sindicalizados prevalece un ambiente de molestia,  enfado e impotencia porque nadie más que ellos son testigos directos de cómo se distorsiona el quehacer público, de la forma en que se utiliza el influyentismo para favorecer entuertos, y de cómo se depreda el patrimonio público que debiera ser para resolver los graves problemas que padecemos y no para enriquecer a una casta enquistada en el gobierno rebasado por prácticas viciadas, más clientelares que nunca, más depredadoras que nunca, porque el patrimonio público ha sido desmantelado sin límite y más impúdicas que nunca porque de ética y moral ya nada queda. La misma casta que ahora dividida por sus ambiciones en dos bandos, que son dos bueyes de la misma carreta –LAD y FDS- y sus respectivos caciques se enfrentan en un desgarrador campo de batalla en que han convertido las colonias más populosas del Estado y las zonas rurales deprimidas por la crisis, el desempleo y la sequía.

Participar para cambiar desde luego que tiene sus riesgos; y así como abriga esperanzas,  genera desilusiones. Pero quedarnos como espectadores del jaloneo perredista y la lucha por el botín, más que hacernos cómplices, nos niega a nosotros mismos como seres pensantes, y hace más lejana la concretización de la política como una actividad superior que exige no doblarnos aún ante lo que parezca imposible.

*No todo está  podrido

Por eso miles de ciudadanos siguen pensando que la unión opositora al PRD puede ser la opción, siempre que se cumplan determinadas condiciones, aunque no se ve fácil.

Mientras esa quimera pueda ocurrir, el pasado viernes el informe de actividades legislativas de la diputada Esthela Ponce, prendió los focos rojos del Palacio de Cantera.

Congregados cerca de tres mil militantes del PRI y simpatizantes, así como invitados de otros partidos, en un singular desglose de actividades pudieron escuchar la voz de la legisladora federal que se alzó  “como una voz en el desierto” para fustigar a la clase política perredista que ha hecho “pedazos al Estado”.

Formalmente no fue un acto de precampaña, pero en los hechos la expectación de los ciudadanos, el calor humano y la temperatura del ambiente de una cancha repleta a más no poder, como en los mejores tiempos del tricolor, las palabras subieron de tono para señalar con índice de fuego a los destinatarios del mayor desastre político y atraco económico que ha sufrido nuestra entidad a manos de una gavilla dinástica: “Los turbios negocios al amparo del poder; las relaciones oscuras de los altos funcionarios con criminales;  el encubrimiento descarado de la mayoría en el Congreso a las corruptelas de una familia; procurador y jueces, servidores de un amo que no es el pueblo, han acabado con el Estado de Derecho que debiera regirnos”, clamaría Ponce Beltrán desde un modesto pero firme estrado que le sirvió de gran tribuna para denunciar una vez más el extravío estatal y el naufragio “en el mar de podredumbre en que la corrupción, la incapacidad y la ilegalidad lo mantienen, por el capricho, por la ambición desmedida de una familia”.

A nuestro juicio estas palabras que miles quisieran gritar a los cuatro vientos, que no por miedo sino por impotencia no lo hacen, porque además no tienen tribunas ni espacios como estos, son una apretada y prudente síntesis de lo que ha ocurrido en la entidad desde 1999.

Los aplausos que espontáneamente los asistentes prodigaron a las expresiones de la diputada federal –amén de la coincidencia con dichas palabras- se reflejan como el más fiel y estridente rechazo al desgobierno impuesto por la dupla LCM-NAM que ha colocado a la ciudadanía en minoría de edad, negados nuestros derechos democráticos por los persistentes fraudes y la utilización del aparato burocrático y los recursos públicos a favor de un partido, una familia, una mafia, una sola gavilla que Va por Más; un par de cabeños, –por desgracia nadie duda que lo sean- sudcalifornianos provenientes de viejas familias las que por cerca de una centuria estuvieron marginados del poder político y de las riquezas, y ahora que las han probado, las defienden como el más fiero mastín; los mismos que se han convertido en el Caín de sus propios paisanos, al convertirnos en una minoría ante los acarreos y la manipulación de miles de recién llegados la mayoría traídos del sureste del país, como en los viejos tiempos de la colonización, con la diferencia que ahora los utiliza este gobierno como ejércitos para cometer los más atroces fraudes electorales de que se tenga memoria.

Por eso, como dijo Esthela Ponce: “Esta tierra, estas instituciones, este pueblo, no merecen ser botín de ladrones”.

Pero también se preguntó y nos cuestionó a los asistentes, en una alocución que debe llegar a todos los rincones de Baja California Sur: “Vamos a tolerarlo? ¿Vamos a permitírselos?   ¿Vamos a recordarlo en febrero?”.

Al grito unísono de la concurrencia del: ¡¡¡¡NOOOOOO!!!! hay miles que están convencidos de la validez de la lucha; de que es ahora o nunca; de que ya no debemos caer más; de que es por la dignidad, y ahora sí, del rescate de Baja California Sur.

La esperanza de tener “líderes a la altura del Estado, de gobiernos capaces, responsables, con funcionarios transparentes y rectos”, sigue latente y renace en los corazones de miles de sudcalifornianos hasta ahora ultrajados; y es el momento adecuado de luchar por esto.

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