Por: Salvador Castro Iglesias

Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx

Hoy 2 de abril de 2010 veremos a cientos o tal vez miles de Nazarenos, que emulando a nuestro Señor Jesús Cristo, cargarán su respectiva cruz (y en algunos casos hasta una corona de espinas), para expiar sus pecados y acercarse de forma espiritual a través del martirio a Dios.

Yo en lo personal no estoy de acuerdo con esas muestras de sacrificio, pero cada quién carga su cruz de acuerdo a sus creencias, penitencias o pecados, y si a ellos les va bien, adelante.

Jamás estaré de acuerdo también, en las enajenaciones, extremos religiosos, máxime cuando la idea que nos venden en las diferentes religiones es precisamente de un Dios amoroso, así que eso de andar cargando cruces de madera, coronas de espinas, caminar descalzo por estos caminos de nuestro Señor no van conmigo.

Si creo fervientemente en que existe algún poder superior (que cada quién podrá llamarlo como guste), que desde algún lugar recóndito de nuestro Universo, alma, espíritu, cielo, paraíso o como se llame su morada, nos observa y no creo que a pesar de las muchas penitencias que se le hagan todos los días, esté muy contento con su creación.

Preferiría en cambio, que el sacrificio ofrecido fuera de amor, tal vez con flores, cánticos, doncellas vestidas de blanco y sobre todo, con una verdadera purificación personal en lo que respecta a reconocer lo que hemos hecho mal en nuestras tareas durante todo este año.

Ir cargando por la vida cruces de madera y coronas de espina, ¿ayudará  a eliminar a los pederastras, asesinos, narcotraficantes, guerras, políticos y pueblos corruptos?, ni idea en verdad, aunque sería muy deseable tal acción.

Para el que esto escribe, estos días de Semana Santa, han significado un breve espacio en mi vida, para reconciliarme con mis hijas, esposa, amigos, familia y compañeros, y sobre todo conmigo mismo.

Y ¿saben?, he reafirmado mi compromiso por ejercer mi trabajo de comunicador con una mayor responsabilidad ante ustedes, tratando de crear espacios como este, en los que aquellos pecadores, arrepentidos, ciudadanos honestos, abusados, lastimados, dolidos y demás, puedan expresar sus sentires y alzar la voz, teniendo la certeza de que serán escuchados.

Agradezco a mi amigo Morgan por la gran oportunidad de poder plasmar mis ideas en este espacio, y a todos ustedes que nos leen, ya que aunque pareciera que la Libertad de expresión ha sido coartada, todavía quedamos algunos que creemos que en este País, existen espacios para todos aquellos que como yo, no estamos de acuerdo en que un grupo determinado decida por nosotros que hacer o no, cuando nuestros derechos han sido vulnerados.

Así  que por lo pronto cargaré mi cruz esperando que valga la pena y que a los que decidan cargar la propia, Dios les de fortaleza y purificación.

Nos leemos mas adelante…