Si notas que tu perro tiene un vientre notablemente abultado, que sobresale por ser más grueso que sus extremidades, probablemente podría estar padeciendo el síndrome de Cushing en silencio. Lo anterior es sólo uno de los síntomas que acompañan a esta rara enfermedad, la cual se encuentra fuertemente vinculada con una hormona conocida como cortisol, encargada de regular las concentraciones de glucosa en el cuerpo y generar respuesta ante el estrés.
Seguir leyendo «“Síndrome de Cushing”: el asesino silencioso de los perros explica la #UABCS»