Otra del PRI
Por Antonio Ceja
La presión finalmente fue tanta que Humberto Moreira que no tuvo más remedio que presentar su renuncia en medio del tiroteo de los mismos correligionarios, incluyendo a Enrique Peña Nieto y decenas de delegados estatales y presidentes de partido que lo acusaban de, entre otras cosas, de tirano y ladrón.
Con la renuncia de Moreira, el PRI mantiene una bipolaridad social que puede interpretarse de diferente manera. Para unos, el PRI sigue siendo una guarida de ladrones y corruptos mientras que para otros, la salida del ex gobernador de Coahuila es una muestra de civilidad política del tricolor que trata, a toda costa, de limpiar su imagen poniendo sobre la mesa a quienes son señalados para que se les investigue.
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