Por Víctor Octavio García

Visitas furtivas

• Vuelos fletados
• ¿De incógnitos?

Cuando el jet ejecutivo cruzó la pista paso desapercibido para el pasajero que habría de abordar su vuelo con destino a la ciudad de México, según él “porqué había sido llamado del CEN del PRI, dentro del ejercicio de las valoraciones rumbo a definir precandidatos”, pero ante el arribo y descenso de sus misteriosos ocupantes la sorpresa fue mayor al ver que quienes descendieron del jet privado de la empresa Homex, matriculado (según reportes aeroportuarios) en el Estado de Sinaloa; eran personajes medianamente conocidos; entre ellos, el mismo personaje que un día antes se había llevado las primeras planas en los diarios locales luego de un obligado desmentido del Presidente Estatal del PRI quien negó su presencia, su agenda y sus acuerdos en BCS: Vino, dijo un Barroso Agramont compungido, “a saludar a sus amigos y nada más”: Heriberto Galindo Quiñones; personero, confidente y negociador hasta de lo imposible de Beatriz Paredes, Presidenta Nacional del PRI, acompañado por Roberto Campa Ciprián, ex candidato presidencial por el PANAL y hombre todas las confianzas de Elba Esther Gordillo y de Alfonso Durazo, ex Secretario Particular de Vicente Fox, traidor a los ideales y a postre viudo de Luís Donaldo Colosio; renegado priísta y ahora militante del PAN y “amigo personal” de Felipe Calderón. Ante esa escena de cruces ideológicos y de mensajes aliancistas el pasajero observaba con suma atención a los misteriosos viajeros y cruzaba por su mente la interrogante que se plantea el grueso de los priístas en BCS. ¿Hasta donde llegará el CEN para imponer su voluntad (ofertar candidaturas) cuidando –en este caso– la imagen de su Presidenta pero atropellando la militancia de los priístas?
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