- El extraño caso de Martin Inzunza
- De apestado e indeseable a «experto» en comunicación
Por Adolfo Lucero
Antes, durante y después de la campaña electoral federal pasada, a Martín Inzunza solo se le vio cuando fijó postura y pidió «no compararlo con nadie» que el valía por lo que sabía y por ese extraño arte que dice dominar de ser experto en echar a perder todo donde se acerca; la intriga, la denostación, el rumor, el chisme y lo lamehuevos a quien sea su jefe en turno es una virtud que Inzunza maneja a la perfección.
Martin Inzunza, de ser regidor «priísta» sirvió a los intereses del «perredista» Víctor «el pucha» Castro, gracias a sus oficios mercenarios y al cabildeo a los intereses del entonces alcalde logró amasar una fortuna en propiedades, vehículos y se volvió experto en bienes raíces.
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