Por Víctor Octavio García
Focos en la calle
En 2004 Leonel Cota Montaño puso en práctica una innovadora y hasta ése entonces inédita estrategia de “alumbrar” el camino de la sucesión gubernamental de 2005 instalando numerosas luminarias en la calle; soltó primero a Narciso Agúndez Montaño –heredero al trono como lo calificó ABCdario en aquel tiempo–, luego a Víctor Guluarte Castro, Alfredo Porras Domínguez y sembró a Rodimiro Amaya Tellez como candidato del PRI a la gubernatura; cada uno de los aspirantes trabajaron su propio proyecto haciendo por si mismos capital político y al final se sumaron, como la familia siciliana, con el candidato oficial que resultó ser Narciso Agúndez Montaño, en tanto Rodimiro Amaya –el más mercenario de todos– asumió la candidatura del PRI a la gubernatura con el fin de contender los votos que podrían irse al PAN jugando con la farsa de que podía ganar, ganar pero sin hacer campaña ¡Válgame Dios!; Leonel Cota gana la elección y a cada quien le da lo suyo; Victor Guluarte es nombrado Secretario General de Gobierno luego de dejar tirado el Ayuntamiento de La Paz, a Rodimiro Amaya le dan generosos apoyos y créditos de fondos perdidos al margen de la estructura gubernamental, mientras Alfredo Porras hace cola después de la pepena de votos para convertirse al final del agundismo en secretario general de gobierno, a todos les va bien, requetebién.
