ABCdario

Por Víctor Octavio García

Los ruidos de Juan

  • El bacheo
  • La basura

3 - 1 juan de la peña salgado servicios publicos la pazz bcsJuan de La Peña, “delfín” esthelita para la alcaldía de La Paz, debe varias explicaciones a los paceños que pretende gobernar. Primero, porque no ha rendido cuentas de la nada extraña “sociedad” que tenía con Rigoberto Murillo en trabajos de bacheo en la ciudad, siendo ambos prominentes funcionarios de la actual administración municipal y dos, porque tampoco a informado, a satisfacción, qué es lo que ha pasado en el negocio de la basura tras bambalinas.

No obstante esas dos interrogantes que a cualquier aspirante le quitarían el sueño, Juan se mueve y cree, con el rigor que caracteriza a un ingenuo o despistado, de que será candidato del PRI a la alcaldía de La Paz. Su obsesión por relevar a su actual Jefa en la alcaldía no tiene desperdicio: organiza comilongas con periodistas, pica piedra con contratistas, cabildea con colegios, se reúne con líderes de colonias, visita rancherías, frecuenta viejas amistades y de vez en cuando hace sus apariciones en Cabildo. Dicho en otras palabras, ha seguido fielmente y al pie de la letra lo que dice –y recomienda el “librito”–, sin reparar que lo que se viven son otros tiempos que demandan mayores compromisos, resultados tangibles y sobre todo, lealtad a toda prueba.
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ABCdario

Por Víctor Octavio García

Ruidos tempraneros

  • Juan pa’ presidente
  • ¿Y la feria apá?

3 - 1 juan de la peña salgado servicios publicos la pazz bcsSe desconoce si la intención de Juan de La Peña Salgado –Director de Servicios Públicos Municipales– de buscar la candidatura del PRI a la alcaldía de La Paz surge de una sana intención o es producto de sus insanas pretensiones como titular de una de las áreas más sensibles de la administración de Esthela Ponce. Sea lo que sea, como sea y cuando sea lo de sus motivaciones, su dos de bastos ya lo soltó; quiere ser presidente Municipal.

Que quiera ser presidente no tiene nada de malo, lo malo está en cómo quiere lograrlo; reventando adversarios como ocurrió con su ex socio en trabajos de bacheo, Rigoberto Murillo, o con César Pozo, quien le hizo sombra en la propia jefatura. Juan, según me han confiado, es un buen muchacho pero un pésimo político que no ha aprendido a distinguir los changos con cola de los changos sin cola.
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