Por Víctor Octavio García
Política
- ¡Vaya delincuencia!
En febrero de 2011, el Sudcaliforniano (02 Feb. 2011) dio una de las primeras alertas de que el proceso electoral de ese año, –y el del siguiente año–, no solo se contaminarían y serían distintos a los anteriores, sino que estarían cargados de violencia y vandalismo como finalmente se demostró; dos hechos confirmarían los terribles augurios de que la violencia y el vandalismo suplantarían a la política tras los grotescos reacomodos que se originan al interior de los partidos políticos contendientes en cada proceso electoral; la detención in fraganti de un grupo de vándalos electorales enviados ex profeso por el gobernador Guillermo Padrés de Sonora, y los destrozos causados, quién sabe por quién, en la casa de campaña del entonces candidato del PRI al Senado, Ricardo Barroso. Como era de esperar, la violencia y el vandalismo siempre pegaron en donde mismo; el PRI.
