Por Juan Carlos Méndez Ramírez
Ibarra y NAM: Buitres por Tucanes
Cuando a Narciso “Chicho Petacas” Agundez Montaño, le fue ejecutada una orden de aprehensión y recluido en el CERESO, por regla penitenciaria le fue rapado el cabello, una situación incomodísima para el ex gobernador, sobre todo porque le lució en todo su esplendor su gran nariz, esa extensión olfativa muy particular de su rostro que, la mayoría pensó sería de Tucán -pues acababa de estar en una comida por aquellos años en el Rancho el 28 de los Cervantes, allá en Ciudad Insurgentes. Un convivio político donde se puso la camisa verde del PVEM, siendo apadrinado por la “bribona zaza” de Lupita Soto Cota y del “bribona zazo” del Max Fernández-, pero dicha nariz resultó de buitre.
