Por Víctor Octavio García
Cacería
- La cría y el coyote
Después de la primera “equipata” quedamos de regresar al rancho del “Prieto” haber si tumbábamos un “hijuelachingada”. Isidro, el “General” y el Poncho se comprometieron de llevar un costillal entero. Un día antes de salir me acorde que tenía solo tres tiros de la “pochita” (30/30) y había que conseguir al menos otros tres tiros más. Con quienes consigo parque es con el “Cachucha miada” y “Chema tamales”. Al “Cachucha” es muy difícil encontrarlo en su casa, así que opté de ir con “Chema tamales” –un viejo cazador con quien he aprendido algunas tretas y una que otra maña de cacería –. Cuando llegué acababa de bajarle la trasmisión a una Pathfinder. Quihúbole, que hay, lo ataje. Meeeeee y ese milagro, me respondió. Llegue a saludarte y para que me prestas unos tiros de 30/30, le respondí. Vas a salir, me pregunto. Sí, le conteste, pienso ir pal rancho del “Prieto” mañana martes, sí quieres vamos, le dije. Me gustaría ir pero ando muy “atariado” con esta trasmisión que me comprometí entregar el jueves. Y cuántos tiros necesitas, me pregunto. Unos tres, le respondí. Con la misma se metió a la casa y me trajo 5 tiros de 30/30 marca Federal. Con estos la “hago” le conteste. Antes de despedirme me dijo, “hay te encargo”, okey, le respondí. 8 tiros para un cazador “cicatero” como yo alcanzan muy bien pa’ dos salidas.
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