Por Víctor Octavio García
Simples cuotas de poder
- Delegaciones federales
- Economía; primer gatopardo
El triunfo de Enrique Peña Nieto que significó el regreso del PRI a Los Pinos, victoria cantada años antes de la elección formal por acuerdos cupulares y el avasallamiento de los medios, especialmente por la dupla Televisa-TV Azteca, que provocaron amplios conglomerados sociales, disensos y consensos, euforia en unos y desgracia y desencanto en otros.
Euforia en las huestes del PRI, partido que en el 2000 perdió por primera vez el poder presidencial y en muchos ciudadanos bien intencionados que siguen confiando en las líneas doctrinarias de este partido que se mueve, teóricamente hay que aclarar, en el centro progresista, pero que ha hecho del pragmatismo político una fuente que le permitió afianzarse por varias décadas en el poder, a grado tal de ser considerado el más representativo “partido oficial” de Latinoamérica.
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