Por Víctor Octavio García
Manuel Buendía
“……pero si son palomas”
Cuenta Margarita Michelena en la revista ¡Siempre!, que al instalarse la junta militar encabezada por el General, Efraín Ríos Montt, en Guatemala, fue invitada, junto con Manuel Buendía, ambos colaboradores de Excélsior, a dictar una conferencia en la Universidad Nacional; al llegar, fueron recibidos por un grupo de jornaleros rurales con sendas cartulinas quejándose de las atrocidades cometidas por los Kibiles (soldados de élite); en el acto les enseñaron una bomba (casera) Molotov (botella con gasolina y azúcar en su interior, con una mecha para prenderse) utilizada por los Kibiles contra la población indefensa; Buendía toma la “bomba”, la examina cuidadosamente y le dice a los manifestantes, –con esa ironía que lo caracterizaba–; ¡Oyes, pero sin son palomas, allá en mi tierra (México) le llamamos palomas!