Por Víctor Octavio García
Tierras
Aún no alcanzo a distinguir con claridad el porqué el segundo de a bordo de Armando Martínez Vega esté obsesionado por un terreno ocupado y habitado en Santa Rita, existiendo tan vastas extensiones de tierra en los alrededores. Si la disputa fuese en el centro de Tokio, en la Gran Manzana, en Nueva York o en Beverly Hill, en California, estaríamos de acuerdo.¿Pero en Santa Rita?. Peor, si es para instalar una tienda de Diconsa –“tienda popular”– siendo que la única tienda que existe allí, y que hizo “tronar” a la anterior tienda de Diconsa, es la de la familia de la actual subdelegada municipal, Teresita Anahí Rangel Gómez.
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