Por Víctor Octavio García
¡Arre! ¡arre! ¡arre!
- El que se va de la villa pierde su silla
- La “silla vacante”
Contrario a lo que reza un viejo dicho no menos certero que dice; “que el que se va de la villa pierde su silla”, Alfredo Reyes Cervantes se fue y dejó la silla, regresó y no perdió su silla, a despecho a lo que esperaban al menos seis fuertes “tiradores” a la anhelada Secretaría Técnica de la Presidencia en el Ayuntamiento de La Paz.
Replegado a lo largo de varias semanas, Alfredo –como lo tuteó– espero el momento preciso para retornar a su puesto, pero sin perder su silla. Su estrategia resultó porque la de sus adversarios y competidores por el puesto que ostenta sencillamente no dieron el ancho ni los resultados esperados; funcionó porque Alfredo a fin de cuentas fue más inteligente que los que lo andaban “zopiloteando”.
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