Los platos Rotos
Antonio Ceja
La cereza en el pastel para La Paz fueron las lluvias del pasado fin de semana que terminaron por dejar a la capital del estado en condiciones tan deplorables que sumen a esta noble ciudad en un caos donde pocos se preocupan en verdad por resolver los problemas torales que la aquejan.
Por otro lado, Los Cabos no se queda atrás.
Ambos municipios tiene algo en común: la deficiente administración.
Como una herencia maldita, La Paz sigue, como hace muchos años, sumida en la inoperancia social donde todo, ahora sí, se ha convertido en un caos del cual costará sudor y lágrimas matizar para que el engranaje ciudadano vuelva a la normalidad.
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