
Gabriela Montoya Terrazas
Falló como presidenta en las finanzas del Congreso: opinión pública
Hasta sus propios trabajadores le protestaron
Por Armando León Lezama
Voces de observadores y analistas del quehacer legislativo sudcaliforniano coinciden en que Gabriela Montoya Terrazas no ha cumplido las expectativas como diputada presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado.
Una prueba clara de ello es que incumplió en dar respuesta formal a los trabajadores sindicalizados del Poder Legislativo del Estado de Baja California Sur.
Se trata de 70 trabajadores, integrantes del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios y Organismos Desconcentrados (Sección 30).
Los sindicalizados presentaron su pliego petitorio laboral el 17 de septiembre de 2025. Tras tres meses de espera, lo único que recibieron fueron sonrisas y evasivas, sin una respuesta institucional por escrito.
El planteamiento fue hecho directamente ante Montoya Terrazas, en su carácter de presidenta de la Junta de Gobierno, cargo que en los hechos —y de forma estricta— se limita a la firma de documentos relacionados con el manejo del erario público.
Y es que, pese al título pomposo del puesto, no ejerce funciones reales de gobierno, conducción política ni representación interinstitucional.
Las invitaciones oficiales, protocolos con los poderes Ejecutivo y Judicial, así como diversas actividades formales, recaen en quien preside la Mesa Directiva durante los periodos ordinarios, o en la presidencia de la Comisión Permanente durante los recesos legislativos.
Aun así, la encomienda de la Junta de Gobierno exige liderazgo, capacidad de diálogo y facultad de convencimiento ante el colegiado legislativo.
Eso no ocurrió.
La diputada evadió sistemáticamente el tema, incluso frente a la delegada sindical, María del Carmen Zúñiga Ojeda.
Por ello, el 15 de diciembre de 2025, durante la sesión de cierre del periodo septiembre–diciembre, los trabajadores se presentaron en el recinto legislativo José María Morelos y Pavón para manifestar su inconformidad con cartulinas, evidenciando la incapacidad de Gabriela Montoya, quien además aspira a ser candidata a presidenta municipal de Los Cabos.
Solo entonces hubo respuesta:
paro laboral y protesta pacífica, pero pública.
Cabe señalar que la diputada falseó y sacó de contexto su inoperancia, al declarar en entrevista sobre el tema salarial:
“Lo del salario es parejo y es por ley. Las otras son negociaciones”.
Y agregó:
“Si hay un bono de tres mil pesos y lo quieren de cinco mil, y otro de siete que quieren diez mil, pues hay que analizarlo”.
Sin embargo, por parte del sindicato se presentaron siete peticiones, y solo una tenía que ver con el incremento de un bono quincenal, siendo esta la principal demanda.
Como muestra de buena voluntad y profesionalismo —el mismo que han demostrado durante años—, los trabajadores aceptaron la propuesta final que se les ofreció, en lugar de seguir siendo ignorados.
La solución fue un incremento de apenas mil pesos al bono quincenal.
Con ello quedó evidenciada, por parte de Gabriela Montoya Terrazas, la falta de atención y capacidad de resolución ante un problema menor que únicamente requería voluntad política del pleno de la Junta Legislativa.
No convocó con antelación, ni siquiera tocó la campana de mando —sí, la que se utiliza para iniciar y cerrar las reuniones del pleno—.
No es broma.
Ocurrió el 15 de diciembre de 2025.
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