
Cabo San Lucas (California) — Minutos antes del primer informe del alcalde Christian Agúndez, la tarde del sábado 15 de noviembre, se registró un tenso enfrentamiento entre elementos de seguridad y un grupo de jóvenes que participaban en una jornada nacional de protesta por la paz y la justicia de la Generación Z y Movimiento del Sombrero.
El incidente ocurrió en inmediaciones del lugar del evento oficial, cuando agentes policiales intentaron replegar a manifestantes que, según testigos, lanzaban insultos y diversas expresiones ofensivas contra autoridades estatales y municipales.
En medio de los empujones y jaloneos —captados en videos y fotografías difundidos en redes sociales— uno de los jóvenes fue sometido por los policías con la intención de detenerlo.
Fue entonces cuando, de manera sorpresiva y sin barreras de seguridad, el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, arribó al punto del altercado. Al observar la detención, el mandatario intervino de forma directa, colocándose entre los agentes y el manifestante.
En un acto que él mismo calificó como un deber humanista y de respeto a las libertades, ordenó detener la agresión, reprendió públicamente a los policías y exigió respeto absoluto al derecho de manifestación.
Castro Cosío, quien quedó expuesto en el centro de la confrontación, pidió a los jóvenes mantener la calma e hizo un llamado a evitar el uso de la fuerza contra quienes ejercen su libertad de expresión, aun cuando las protestas incluyeran insultos y descalificaciones hacia su persona.
El hecho generó amplia atención minutos antes de que diera inicio el acto oficial del Primer Informe de Gobierno municipal en Cabo San Lucas.
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