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Sergio Huerta Leggs

LEGISLADOR Y LÍDER NATURAL.

“A la mexicana”, habló en tribuna del Congreso.

Por: Armando León Lezama

En el penúltimo mes del primer período de sesiones del segundo año de ejercicio constitucional de la Legislatura 2024-2027, uno que se ha tomado en serio eso de ser representante popular, habló claro y preciso: “Nos hacemos pendejos”.

Aludió al pleno de diputadas y diputados del Poder Legislativo del Estado de Baja California Sur —incluido él mismo, en un gesto de autocrítica sana— sobre malos procederes, actitudes y hechos en torno al simulado quehacer de legislar y de mal representar el cargo.

El llamado de atención fue bien visto por la respetable opinión pública.

No hubo reclamo al dicho de un ciudadano que ha demostrado venir hecho desde cuna, como ser humano sin dobles tintas.

No imposta, no se desfigura, no rehuye el llamado de la ciudadanía que acude al Congreso por razones singulares y colectivas.

Es considerado por la planta laboral como un hombre sencillo y de valía, que además no se siente pomposo; por el contrario.

Sencillo y conciso.

Expresivo y sincero.

No protagonista; sí de trabajo efectivo.

Esa frase mencionada se ajustó al razonamiento generalizado de la población paceña y, más allá, por toda la geografía sudcaliforniana.

Desnudó un real y mal “deber ser” de quienes son diputadas y diputados de paso.

De los 21 que ocupan curul, solamente Erik Cervantes y Sergio Huerta Leggs no van en nubes; caminan a pie de tierra, junto a la población, quedando en la mente y corazón de quienes los conocen.

Diría yo: hasta de quienes no los conozcan. Porque, una vez retirados los polvos de inmadurez, será la historia quien coincida con lo que hoy se escribe.

No es una reseña de trabajo de Sergio Huerta Leggs la presente.

Es un testimonio viviente del acontecer legislativo.

De hecho, el personaje en cuestión no busca fama. Lo que sí busca es no fallarse a sí mismo.

No fallar a su toma de protesta constitucional por mandato de la soberanía popular.

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