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Promesas de bienestar chocan con la realidad del desabasto y la falta de servicios básicos en el sector salud.

Mientras desde la Federación se presume el funcionamiento de “camionetitas del bienestar”, brigadas médicas casa por casa, una “megafarmacia nacional” y el tan mencionado “sistema de salud estilo Dinamarca”, la realidad en Baja California Sur muestra un panorama distinto: hospitales sin insumos, clínicas sin agua y personal médico que resiste con lo mínimo.

Este miércoles 12 de noviembre, Isabel de la Peña Angulo, líder sindical del sector salud, informó a través de redes sociales el cierre temporal de la clínica principal de la comunidad, la cual atiende a más de diez mil habitantes. El motivo: falta total de insumos hospitalarios y carencia de servicio de agua, condiciones que imposibilitan seguir brindando atención médica regular.

En su mensaje, la representante de los trabajadores escribió:

“Los trabajadores de Salud del Pueblo Mágico de Todos Santos solicitaron el cierre del centro de salud que da atención a toda la población de la comunidad. Únicamente se atenderán, por humanidad y compromiso moral, urgencias médicas. Compromiso con nuestros pacientes. Esperamos pronta resolución, por respeto a los usuarios de la comunidad. Trabajadores, nuestro apoyo solidario y compromiso extendido. Por respeto…”.

El cierre de esta clínica no es un hecho aislado. Desde que Andrés Manuel López Obrador eliminó el Seguro Popular, el sistema de salud mexicano cayó en una de sus peores crisis en tiempos modernos, marcada por desabasto, falta de infraestructura y pérdida de confianza ciudadana.

En Baja California Sur, la situación no ha sido distinta. El gobernador Víctor Castro Cosío decidió integrar la red estatal al esquema IMSS Bienestar, heredando las mismas deficiencias que se repiten en todo el país: medicamentos insuficientes, equipos en mal estado y personal médico sobrecargado.

Las promesas de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, que ha reiterado su intención de fortalecer el sistema nacional de salud, todavía no se reflejan en los hospitales ni en las comunidades donde la gente enferma espera atención digna.

Mientras tanto, en Todos Santos, el pueblo mágico más emblemático del municipio de La Paz, el cierre de su clínica representa una llamada de alerta sobre el rumbo real del sistema de salud mexicano, donde el discurso del bienestar parece cada vez más distante de la salud real de su pueblo.

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