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Juan Cota Osuna

CABALLERO DE LA JUSTICIA
Dejó en mi memoria el portento de su personalidad y don de noble ser humano.

Por: Armando León Lezama

Conocí al ser humano Juan Cota Osuna en la dinámica de la vida social.
A sus ojos, hablar, dirigirse a mí, intercambiar saludos, resultaba un acto amable. Era una persona bien plantada, con firmeza en su manera de conducirse en la convivencia pública.

Educado, muy propio y, a la vez, en su actitud de caballero, resaltaba su sencillez que coronaba su recia personalidad.

Quien es honorable, lo es, donde esté y con quien esté.

Sentía su saludo cálido, sobre todo al pronunciar mi nombre: “Armando”.
Bien pudo, o podía, ignorarlo y comunicarse secamente, pero su cultura era de trato digno.
Nuestra relación se daba en breves minutos, entre cliente —él— y empleado —yo— de un establecimiento. Eso sí, por muchas veces y durante buen tiempo.

Lo anterior ocurrió durante la década de los noventa del siglo pasado.
La vida siguió.

En el segundo semestre del año 2023 conocí a la abogada Claudia J. Cota Peña.
Participó en terna para magistrada del Poder Judicial del Estado de Baja California Sur, durante su comparecencia ante el pleno de diputadas y diputados del Congreso local.

Semanas después, asumió el cargo de magistrada en el Poder Judicial de la entidad sudcaliforniana.
Luego, por unanimidad, fue electa presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura por sus homólogos, magistradas y magistrados.

Fue cuando acudí a entrevistarla a su oficina y vi, en una de las paredes, la foto institucional del señor que para mí resultó un caballero andante, un buen recuerdo.

Años después supe su profesión: abogado, y me enteré también de que fue magistrado.

Recientemente, con motivo del 50 aniversario de la transformación de Territorio Federal a Estado Libre y Soberano, repasé la historia de los poderes públicos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Encontré que aquel buen hombre, además de ser padre de la abogada Claudia —hoy también magistrada—, fue presidente del Poder Judicial del Estado número 30 de la República Mexicana.

Apunta la caja —celular— del “todo lo sé”:

“Juan Cota Osuna fue un destacado jurista, reconocido por su amplia trayectoria y servicio en el Poder Judicial del Estado (BCS).
Magistrado numerario aprobado por el Poder Legislativo estatal.
Presidente magistrado del Tribunal Superior de Justicia.
Miembro fundador del Colegio de Abogados en la entidad sudcaliforniana.
Reconocido por su gentileza, disposición para escuchar, solucionar conflictos y por su maestría en el razonamiento lógico-jurídico. Siendo considerado por sus colegas un maestro en la materia.
Falleció en el mes de junio del año 2023, del siglo XXI.”

Otras fuentes citan:

“El magistrado Juan Cota Osuna fue parteaguas en el quehacer de la administración de justicia, al incorporar sistemas computacionales a la función judicial, simplificando la tramitación procesal y aprovechando el tiempo y los recursos humanos.”

Sea este un reconocimiento póstumo a un caballero de la justicia y del trato humano-humano.
Gusto en haberlo conocido.

Con razón sentí empatía por su hija, hoy una dama de la justicia, honrando su nombre, prestigio y paso por la presidencia del Poder Judicial.