La Paz (California). — Una noticia que causó gran sorpresa en redes sociales fue la detección de un grupo de menores de edad que viajaban a bordo de una embarcación en el Golfo de California, rumbo a Baja California Sur. En un primer momento, muchos pensaron que se trataba de migrantes que intentaban cruzar el mar a bordo de una endeble embarcación para llegar a Estados Unidos; sin embargo, la realidad fue distinta.

De acuerdo con información oficial, los 28 menores viajaron desde el sur del país hasta el estado de Sinaloa, donde abordaron una embarcación con destino a La Paz, Baja California Sur. A su llegada al puerto paceño, personal de la Unidad Naval de Protección Portuaria (UNAPROP) detectó una situación inusual en el desembarco, lo que llevó a la intervención inmediata de autoridades federales y estatales.

Coordinación interinstitucional

En un comunicado emitido el 30 de octubre de 2025, la Secretaría de Marina (SEMAR) informó que, en coordinación con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), Protección Civil, la Capitanía de Puerto de Topolobampo y la empresa Transportes Marítimos de California (TMC), se brindó apoyo a los jóvenes.

La Marina detalló que el traslado de los menores se realizó a bordo del buque “Santa Marcela II”, el cual ofreció el transporte de manera gratuita desde La Paz hasta Topolobampo, Sinaloa, donde fueron recibidos por personal naval y autoridades locales.

A su arribo, se les proporcionó atención médica, alimentos e hidratación, confirmándose que todos se encontraban en buen estado de salud. Posteriormente, fueron entregados al DIF Sinaloa, en la ciudad de Los Mochis, para su valoración y atención integral.

No eran náufragos ni migrantes

Las autoridades aclararon que no se trató de un rescate en mar abierto ni de personas abandonadas a la deriva, como inicialmente se especuló en redes sociales. Los menores llegaron por sus propios medios y fueron apoyados para su retorno seguro a territorio sinaloense.

Reflexionemos

Este hecho refleja tanto la vulnerabilidad de los menores en tránsito dentro del país como la rapidez con la que las noticias pueden generar desinformación en redes. Si bien las instituciones actuaron con eficacia, el caso deja en evidencia la necesidad de reforzar la supervisión de traslados no autorizados y garantizar entornos seguros para niños y adolescentes, especialmente en rutas marítimas.

La Secretaría de Marina reiteró su compromiso de salvaguardar la vida humana en el mar y proteger los derechos de las personas sin distinción, en un recordatorio de que la coordinación interinstitucional sigue siendo clave ante cualquier situación de riesgo en las costas mexicanas.