La Paz (California) — La tranquilidad cotidiana de una escuela primaria en la capital sudcaliforniana se vio sacudida este martes 28, cuando se confirmó que un niño de apenas siete años de edad fue sorprendido con un arma de fuego real dentro de su mochila. El hecho ocurrió en la escuela Francisco González Bocanegra, ubicada en las calles Colima y Las Garzas, generando una fuerte preocupación entre padres de familia y la comunidad escolar.

Uno de los padres entrevistados señaló que no es la primera vez que se presenta una situación de este tipo en ese plantel. Recordó que, en una ocasión anterior, otro menor fue sorprendido con un cartucho balístico, lo que refuerza el llamado de la sociedad a reforzar las medidas de seguridad y prevención en las escuelas.

Investigación en curso

De acuerdo con el reporte oficial, alrededor de las 9:25 de la mañana, el director del plantel solicitó apoyo a través del número de emergencias 911, luego de detectar la presencia del arma en la mochila del menor. Elementos de la Policía Municipal acudieron al sitio y, tras revisar el objeto, confirmaron que no se trataba de un juguete, sino de una pistola calibre .22 milímetros.

Posteriormente, agentes de investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se trasladaron al lugar para asegurar el arma y realizar las diligencias ministeriales correspondientes. El peritaje confirmó que el arma era real, no contenía cartuchos ni bala en la recámara, y fue resguardada de manera segura.

Las primeras investigaciones indican que el arma se encontraba bajo llave en el domicilio del menor, por lo que las autoridades indagan cómo logró el niño tener acceso a ella, mientras los padres aseguran desconocer cómo ocurrió.

Reacción social y llamado a la prevención

El suceso ha generado un profundo debate entre padres de familia y autoridades educativas sobre la responsabilidad del resguardo de armas en los hogares y la importancia de la educación preventiva en temas de seguridad infantil.

La PGJE informó que continuará con las investigaciones hasta esclarecer completamente los hechos, mientras que la comunidad educativa demanda acciones firmes y permanentes para evitar que algo similar vuelva a repetirse.

Este caso, más allá del asombro, deja al descubierto una realidad preocupante: la necesidad urgente de reforzar la cultura de prevención, supervisión familiar y protocolos de seguridad escolar en Baja California Sur.