¡Responde MILENA a las críticas!


La Paz, B.C.S. – La alcaldesa Milena Quiroga Romero salió al quite este martes para defender la cuestionada obra “Puerta de La Paz”, intentando responder a las críticas por su elevado costo y su rápido deterioro. Sin embargo, sus explicaciones, lejos de aclarar, profundizan las dudas sobre la transparencia y el sentido de prioridad de su gobierno.

En un audio difundido en redes sociales, la edil corrigió que el costo final del monumento fue de 14 millones de pesos, y no de 19 millones como se había anunciado originalmente. Este ajuste de cifras, lejos de ser tranquilizador, evidencia una preocupante falta de rigor en el manejo de la información pública sobre el uso de los recursos.

El Fondo Turístico: La Excusa Perfecta para Omitir Necesidades Reales

Quiroga Romero argumentó que el recurso provenía de un Fondo para Infraestructura Turística, por lo que –según ella– no podía destinarse a rubros urgentes como educación, salud o, algo que duele a diario a los paceños, la reparación de vialidades.

Esta justificación es tan débil como el durock que se desmoronó en la obra. Plantea una falsa disyuntiva: ¿acaso la autoridad municipal no puede abogar por una reasignación de fondos o, mejor aún, gestionar recursos turísticos que sean verdaderamente funcionales y duraderos, en lugar de monumentos frágiles y prescindibles?

Mientras la ciudad se cae a pedazos, con calles convertidas en campos de batalla para los automovilistas, destinar 14 millones de pesos a una estructura ornamental que se dañó por un problema tan básico como una filtración de agua es, cuando menos, una ofensa para la ciudadanía.

Vandalismo y Negligencia: Una Combinación Predecible

La explicación técnica de la alcaldesa –que el vandalismo y robo de paneles solares causó daños no detectados a tiempo, lo que permitió filtraciones– no exime a su administración de responsabilidad. Por el contrario, la delata. ¿Dónde estaba el mantenimiento preventivo? ¿Cómo no se detectó a tiempo un daño en una obra tan emblemática y costosa? Esta negligencia en el cuidado de la inversión pública es la misma que permite que los baches crezcan y se multipliquen sin control.

El reconocimiento final de Quiroga Romero de que el daño “pudo prevenirse” es el mea culpa que encapsula el problema de fondo: una gestión reactiva, que gasta primero en imagen y luego improvisa soluciones, mientras las necesidades básicas de la población siguen esperando.

La “Puerta de La Paz” se ha convertido, irónicamente, en la puerta de entrada a un debate necesario sobre la opacidad, la pobre planeación y las sospechosas prioridades que parecen guiar al gobierno municipal.


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