LA CUEVA

• Farsas, incumplimientos y protagonismo, innecesario, en Sudcalifornia

Por: Armando León Lezama

Año 2025. El incierto; pero anunciado catástrofico futuro – en cualquier momento -, puede irrumpir.

Sin ser palabras sueltas; sino voces científicas, y principalmente hechos reales, como son temblores insistentes venidos del roce de las placas y fallas geográficas, de los cuales, población Sudcaliforniana, ha sentido sacudidas provocadas desde profundidades marinas y terrestres.

Lo no creible, es parecer no importar a nadie, generar una nueva cultura – de nueva cuenta – de SOBREVIVENCIA HUMANA.

Quienes el deber los obliga por aceptar por sí mismos cargos de mandaderos – no de abusones -, para resolver lo que a bien corresponda para todos, no lo hacen.

Viven en La cueva de Salamanca – Obra de Miguel de Cervantes -.

Aprendiéndo lo indebido.

Aquello que perjudica, obstruye, arrebata, destruye, falsea, ambiciona, …

Debe recordarse pués que en La cueva de Salamanca la leyenda apunta:

Es ahí donde supuestamente el diablo impartía clases de ciencias ocultas, magia, adivinación y astrología.

Lo peor, que se aprende para hacer el mal.

Lo peor, que en el hacer lo que no está para bien de una población, también llevan penitencia y castigo, porque lo que mal se hace; mal acaba, hasta para ellos mismos.

Lamentable que población sea indiferente a colaborar para tener comunidades de humanos cordiales.

Hay contagio de ese mal proceder de los llamados políticos, legisladores, gobernantes, …

Que mal.

Bien pudieramos ser una geografía de humanos coordinados, ordenados en un sentido humanista y humanitario.

Preparándonos para vivir lo inevitable: Un caos provocado por la naturaleza.

En ése preparar, sería, vivir en el presente desterrándo las malas mañas, las malas acciones de pocos, que afectan a muchos humanos.

Queda claro que solamente la madre tierra, nos pondrá en nuestra dimensión: Pequeños, débiles y vulnerables.

Como dan pena esos ilusos que gastan el erario público como suyo.

Esos que su mentalidad, solo los exhibe como absurdos.

Ya vendrán días que la historia les coloque en el basurero de la memoria.

Mientras, vivamos en la incertidumbre.