
LA NOTICIA DE HOY JUEVES 24 DE JULIO ES EU AMENAZA A MÉXICO MIENTRAS PROTEGE A SUS CÁRTELES
Por Carlos Manuel González Muñoz
EU ve la paja en el ojo ajeno pero simula no advertir la viga que tiene en el propio.
Es el caso de la red de contrabando de hidrocarburos desarticulada recientemente por el gobierno de México que dejó al descubierto los vínculos existentes entre las bandas criminales mexicanas, y las empresas privadas de aquél país dedicadas a la industria del gas y petróleo.
Mientras la CIA, el FBI, la DEA, el ICE, han demostrado ser muy buenas para perseguir y encarcelar a migrantes de piel morena, en cambio son pésimas investigadoras cuando se trata de castigar a individuos y empresas anglosajonas implicadas en el tráfico ilegal de hidrocarburos, un negocio ilícito que las propias autoridades estadounidenses califican de multimillonario .
Estamos hablando del contrabando o “huachicol” de combustible de Pemex recientemente exhibido por el gobierno mexicano que llevó a la detención de varias decenas de personas, incautación de propiedades y vehículos.
Se trata de un ejemplo del doble rasero con el que Estados Unidos siempre ha conducido sus relaciones políticas, diplomáticas, comerciales, etcétera, con nuestro país, una relación hipócrita, abusiva, porque la acusación que hacen tanto Ronald Johnson, ex agente de la CIA y actual embajador de Estados Unidos en México, como Scott Bessent, secretario del Tesoro de aquél país, al afirmar que los cárteles de la droga mexicanos “controlan el huachicol fiscal al enviar crudo robado en territorio mexicano a Texas, donde es refinado para luego ser devuelto a través de las aduanas como combustible aparentemente legal, hasta llegar a los consumidores”, lo que están haciendo estos representantes del gobierno estadounidense es lanzar la pelota hasta este lado de la frontera, desviar la atención hacia las bandas criminales en México con el propósito de descargar en estas toda la responsabilidad del contrabando de combustible, sin reconocer la culpa que tienen las refinerías gringas al ser ellas quienes procesan el petróleo que después retorna a México.
Mientras los funcionarios gringos citan por sus nombres a las bandas criminales inmiscuidas: el cártel Jalisco Nueva Generación; cártel de Sinaloa; cártel del Golfo, en cambio nunca revelan los nombres o razón social de las refinerías que importan y procesan el combustible mexicano: A tí te exhibo mientras al otro lo encubro.
¿No estamos ante un caso de vulgar cobro de piso por parte del gobierno de EU ? ¿Contratos de protección al por mayor?
Surgen muchas interrogantes. ¿Y las aduanas de ese país? ¿Cómo registran estas el combustible que ingresa? ¿ Y el que sale? ¿Quiénes son los bancos a través de los cuales se realizan las transacciones entre los “huachicoleros” mexicanos y los importadores gringos? ¿Los nombres de las refinerías? ¿Acaso estas últimas no tendrían que ser consideradas cómplices de “terroristas”? ¿Sólo los cárteles mexicanos lo son? ¿Allá cómo se les llama entonces a los criminales? ¿Empresarios exitosos?
El embajador y ex agente de la CIA, en un vídeo exhibido el día de ayer en su red “X”, según reseña La Jornada en su edición del día de hoy, llega al extremo de afirmar que esta actividad ilícita de los cárteles mexicanos “fomenta la violencia y la corrupción desenfrenada en México, perjudicando a las empresas legítimas de petróleo y gas en Estados Unidos”. ¡Vaya cinismo! ¡Ahora resulta que las refinerías de aquél país no solamente son “legitimas”, sino las pobres víctimas de los desalmados cárteles mexicanos que controlan el negocio del “huachicol”!
EU tiene identificadas perfectamente a las organizaciones y personas que operan el contrabando de combustible en México, pero carece de información precisa y contundente de lo que sucede en su territorio una vez que el petróleo crudo ingresa por sus aduanas y puertos.
¡Cómo no! ¡Lo mismo afirman que sucede con la droga!
Este episodio demuestra que el contrabando de petróleo, así como también el tráfico ilegal de armas y droga, etcétera, todas ellas son actividades delictivas imposibles de llevarse a cabo, mucho menos de extenderse, si no existieran cárteles criminales en ambos lados de la frontera, aunque allá los denominen pomposamente “empresarios exitosos”.
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