
LA NOTICIA DE HOY ES: EL CHANTAJE DEL PT
Por Carlos Manuel González Muñoz
Sólo aquí pueden hacerlo.
Hace una semana Arlene Moreno, diputada plurinominal del PT en el Congreso local, le advirtió públicamente al profesor Víctor Castro Cosío que el Partido del Trabajo “está fuerte en Baja California Sur y podría competir sin necesidad de Morena en futuras elecciones”.
Días más tarde, durante su visita a la entidad el pasado fin de semana, Alberto Anaya Gutiérrez, dirigente nacional del PT, dejó en claro que su partido “quiere al alcalde de Los Cabos de gobernador en 2027”, advirtiendo que “le daremos todo el respaldo y cuenta con el apoyo total de las dirigencias nacional y estatal”. Anaya asegura que “las encuestas indican preferencia a su trabajo en la función pública. Por eso es una carta fuerte y lo queremos como gobernador”.
Quienes crean que el dirigente del PT comete un error político al madrugar y exponer a su pretenso a la gubernatura en el 2027 a un desgaste prematuro, están equivocados.
Anaya es un viejo lobo de mar experto en percibir cómo y cuándo colarse hasta la cocina de la casa en donde lo invitan a comer. Vino a Los Cabos, Baja California Sur, porque sabe que la entidad es el paraíso terrenal del PT, el único sitio en donde puede hacer alarde y presumir una presencia política destacada: En ninguna otra entidad de la República el Partido del Trabajo tiene el poder político que tiene en BCS.
El dirigente nacional del PT sabe que sólo aquí existen las condiciones para arrebatarle la mano a Morena y amarrar la candidatura a la gubernatura del 2027, sin importar que sea a través del chantaje: “Estás conmigo o voy sólo”.
El PT tiene la fuerza política suficiente para chantajear a sus amigos y aliados porque posee siete legisladores locales, sólo dos menos que Morena; retiene la presidencia municipal de Los Cabos, el ayuntamiento más rico de BCS y el quinto del país, así como también una diputación federal de las dos que le corresponden a la entidad.
Alberto Anaya también sabe que en BCS, el partido guinda está fuera de circulación, ausente por completo del escenario político. Seguramente le informaron que el consejo estatal de Morena y demás órganos partidistas están enmohecidos, que jamás se reúnen, sumidos en la indiferencia total ante lo que sucede a su alrededor.
El líder nacional del PT sabe de todo esto y por eso vino desde ahora a marcar territorio.
Aprovechando la extrema debilidad del partido que supuestamente gobierna en BCS, el líder del PT vino a atarle las manos a un flacucho y enfermizo amigo y aliado, a desplazarlo y tomar la delantera, dejar en claro que aceptarán ir en coalición siempre y cuando el candidato a la gubernatura sea el alcalde de Los Cabos, ningún otro.
¿Existe otra lectura del paso de Alberto Anaya por estas tierras?
En una nota firmada por la reportera Elizabeth Ramírez, del diario El Independiente, Alberto Anaya habría asegurado que el PT “irá de la mano con el Movimiento de Regeneración Nacional como lo han hecho en las últimas jornadas electorales”.
Prepotente, sin guardar siquiera las formas, Anaya afirmó que “Desde ahorita declaramos que vamos en coalición no sólo en BCS, sino en todo el país porque la unidad es clave para mantener el proyecto de la Cuarta Transformación”.
A pesar de la cascada de fuertes y reveladoras declaraciones del líder del PT, Morena no ha dicho hasta el momento una sola palabra al respecto.
Pero. ¿El gobernador del estado? ¿Sabía él de qué trataría la visita a BCS del señor Alberto Anaya? El ejecutivo estatal ¿avala el pronunciamiento? Hasta el momento tampoco ha dado algún posicionamiento.
Al ser cuestionado Víctor Castro sobre las provocadoras afirmaciones de la diputada local Arlene Moreno, el gobernador habría respondido tímidamente que él “respeta al PT porque son mis amigos y me ayudaron a ser gobernador, yo los quiero mucho”, haciendo énfasis que es un aliancista convencido.
El chantaje del PT podrá tener eco en las alturas, en las altas esferas de la burocracia partidista y en las oficinas gubernamentales, actores políticos que con facilidad sólo piensan cómo repartirse los futuros puestos de trabajo.
Pero hay algo que el dirigente del PT seguramente desconoce o minimiza: Su pretenso a la gubernatura en 2027, el favorito según las encuestas, es rechazado por la inmensa mayoría de militantes y simpatizantes de Morena, hombres y mujeres que desconfían y le rechazan porque ven en él a un joven sin talento ni vocación de servicio, carente de ética, a un advenedizo al que si bien es cierto que fue electo por el voto popular, solamente “encuestas” amañadas y negociaciones en lo oscurito pueden explicar cómo llegó al sitio que hoy ocupa.
¿Estará enterado Alberto Anaya que el personaje al que le atribuye cualidades transformadoras, repudió la reapertura del camino costero que llevó a cabo recientemente el gobernador? ¿Un camino que mañosamente el alcalde del PT insistía en declarar en desuso para beneficiar a la empresa Vidanta? ¿estará informado que el alcalde cabeño marcó su raya con la Cuarta Transformación, cuando gritó a los cuatro vientos que la orden dictada por la propia Presidenta de México de reabrir el camino costero era un atentado a la propiedad privada? ¿está enterado el señor Anaya que el alcalde de Los Cabos reconoció públicamente proteger los intereses del capital privado por encima de los intereses de la colectividad?
Seguramente también ignora que el alcalde cabeño mantiene un cerco político y laboral en contra de Petra Juárez, la única representante de Morena en el cabildo de Los Cabos. ¿Así quiere contar con el apoyo de los militantes del partido guinda? ¿que apoyen la candidatura del alcalde en el 27?
El chantaje del PT no tiene posibilidades de concretarse en Baja California Sur porque la base social que apoya a Claudia Sheinbaum Pardo, es un electorado consciente de que la Presidenta de México va a necesitar a lo largo de sus seis años al frente del ejecutivo federal, es decir, de 2024 al 2030, del acompañamiento de gobiernos estatales y municipales afines a la Cuarta Transformación, gobiernos comprometidos en verdad con los más pobres, gobernantes leales al proyecto, no políticos demagogos ni oportunistas al que la reapertura de un camino costero arrebató la máscara y reveló su verdadero rostro.
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