¿Hubo un TSUNAMI en Loreto en 1810?


Por Cuauhtémoc Morgan

Recibí toda clase de comentarios sobre un video de TikTok que realicé el domingo y publiqué ese mismo día sobre dos eventos telúricos en Loreto, que han llamado la atención de científicos estudiosos de la geología.

Se trata del terremoto de 1810, de magnitud mayor a 7 que fue acompañado por un tsunami y otro posiblemente mucho más fuerte, de 1878, de los que existen relatos escritos que hoy son objeto de análisis.

Loreto, reconocida como el primer asentamiento novohispano permanente en las Californias, ha estado expuesta a fenómenos sísmicos a lo largo de su historia debido a su ubicación geográfica entre el límite de placas tectónicas del Golfo de California y diversas fallas corticales activas. En su investigación «The Historical Seismicity of the Loreto Region, Baja California Peninsula, Mexico (1684–1878)», Max Suter analiza en profundidad los registros de intensidad sísmica correspondientes a las épocas novohispana y al período inicial de México independiente.

El estudio destaca, en particular, dos terremotos catastróficos que afectaron gravemente a la región durante el siglo XIX: el ocurrido en 1810 y otro en 1878, eventos que marcaron la historia sísmica de Loreto.

El Destructor Terremoto de 1810 y su Tsunami Asociado
El 27 de agosto de 1810, Loreto fue sacudido por un importante terremoto a las 8 a.m. que dejó una marca indeleble en la historia de la región. La magnitud de este evento fue tal que causó destrucción generalizada en la población. Según un informe inédito del Gobernador Felipe de Goycoechea, preservado en el Archivo General de la Nación (AGN) en la Ciudad de México, los principales edificios de Loreto, como el ayuntamiento, los dos arsenales, la casa de guardia, la fragua y la casa del teniente, fueron destruidos.

La misión, una construcción masiva de piedra y mortero, se desplazó de sus cimientos y quedó en peligro de colapso.

Pero la devastación no se limitó al temblor. Una hora después del choque principal, se registraron varias olas de tsunami. Estas olas se aproximaron con tal velocidad que los habitantes temieron ser inundados por el mar sin posibilidad de huir a tierras más altas.

La fuerza del mar fue evidente cuando una bergantina, firmemente amarrada con cuatro anclas en Puerto Escondido, a 28 km al sur de Loreto, no pudo mantenerse en su lugar y estuvo a punto de encallar.

El informe de Goycoechea también detalla otros efectos significativos del terremoto. Se observó que el terreno entre el pueblo y la costa se agrietó y se abrieron varios agujeros de los que emanó agua.

A lo largo de la sierra entre Loreto y el puerto de La Paz, una distancia de 230 km, ocurrieron deslizamientos de tierra. Además, basándose en los informes recibidos por Goycoechea, el área donde se sintió el terremoto se extendió hasta la región de Los Cabos, en el extremo sur de la península, y alcanzó al menos 170 km al norte de Loreto.

Incluso se presume que los daños observados en la Misión de San Ignacio, a unos 200 km al noroeste de Loreto, con grietas en sus muros de mampostería, fueron consecuencia de este terremoto de 1810. Esto sugiere un radio de daño (intensidad macrosísmica de grado ≥VII) de al menos 200 km y un radio del área donde se sintió (intensidad macrosísmica de grado ≥III) de al menos 375 km.

La fuente más probable de este devastador terremoto y el consecuente tsunami fue la falla transformante de Farallon en el Golfo de California, ubicada a unos 90 km al este de Loreto. El tsunami podría haber sido causado por un componente vertical en el movimiento del fondo oceánico o por un deslizamiento de tierra submarino. Se estima que el terremoto de 1810 tuvo una magnitud de Mw 7.4 ± 0.2, basándose en la longitud de la falla de Farallon.

La Doble Destrucción de 1878
Casi siete décadas después, Loreto fue nuevamente azotado por la furia de la tierra. En abril de 1878, un doblete sísmico causó una destrucción casi total en la población. El primer choque ocurrió alrededor de las 10 a.m. del 22 de abril y, aunque solo duró 2 o 3 segundos, fue suficiente para que las paredes de la mayoría de los edificios de mampostería se abrieran por las esquinas y muchos de ellos se derrumbaran.

En el pueblo se formaron fisuras en el suelo de hasta 100 metros de largo y 45 centímetros de ancho, que terminaban a unos 40 o 50 metros de la playa. De estas fisuras emanó una gran cantidad de agua termal durante un breve periodo después de su formación. Otras fisuras tenían forma circular y expulsaron arena muy fina. Curiosamente, el nivel de todos los pozos de agua del pueblo aumentó al inicio del temblor, llegando a desbordarse, para luego volver a su nivel normal.

Este primer choque fue seguido por temblores menores, y el 25 de abril ocurrió otro choque principal que se percibió aún más fuerte que el primero. Este segundo evento provocó la caída de la torre de la iglesia, y solo cuatro casas permanecieron intactas. La actividad de réplicas se prolongó al menos hasta el 12 de mayo.

Todos los choques fueron precedidos instantáneamente por un rugido subterráneo. El movimiento del suelo del primer choque fue trepidatorio, aunque otra fuente contradictoria sugiere que el movimiento fue de norte a sur en todos los choques. A diferencia del terremoto de 1810, los reportes de daño del evento de 1878 se limitaron a Loreto, aunque un informe de periódico mencionó fisuras en las salinas de Isla del Carmen, a 24 km al este de Loreto.

Se considera que este doblete sísmico de 1878 fue probablemente causado por deslizamiento en una de las fallas corticales con actividad cuaternaria a lo largo de la principal escarpa del golfo, como las fallas de Loreto o Escondido. La cercanía de la fuente se sugiere por el corto periodo del primer choque, el ruido subterráneo y la limitación de los daños a Loreto.

Peligro Sísmico Persistente en Loreto
Las observaciones de los terremotos de 1810 y 1878 evidencian que Loreto está expuesto a un significativo peligro de sacudimiento sísmico. La ubicación de la ciudad sobre aluvión no consolidado de la llanura costera y el alto nivel freático asociado la hacen altamente vulnerable a la amplificación de la sacudida del suelo, así como a la fisuración y licuefacción del suelo. El estudio de Suter subraya la importancia de considerar estos eventos históricos en las evaluaciones de peligro sísmico para la región de Loreto.

Bibliografía
Suter, M. (2017). The Historical Seismicity of the Loreto Region, Baja California Peninsula, Mexico (1684–1878). Seismological Research Letters, 88(6), 1586-1598.


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