En Corto


¡DESAPARECEN A MEMO!

Por Carlos González Muñoz

Quienes dirigen hoy el comité estatal de Morena en Baja California Sur, le han faltado el respeto a un hombre que hasta su última participación en política colocó siempre el interés colectivo por encima del individual.

¿Qué habrá hecho en vida Guillermo Guzmán Cota, el recientemente fallecido presidente estatal de Morena, que hasta su recuerdo quieren desaparecer sus detractores? ¿Quien de los consejeros habrá dado la orden de quitar del edificio la placa conmemorativa que lleva su nombre ? ¿La afrenta se hizo o no con el consentimiento de Adrián Chávez, presidente del consejo?

En un acto supremo de insensibilidad política, rayando en la paranoia, la actual presidenta del comité ejecutivo del partido guinda decidió, a comienzos del año, con el pretexto de dar una manita de gato a la construcción, retirar la placa conmemorativa que registra la fecha de inauguración del edificio sede del partido Morena, en la ciudad de La Paz, placa conmemorativa que para incomodidad de algunos, lleva impresa para la eternidad el nombre de Guillermo Guzmán Cota, entonces presidente del comité ejecutivo estatal.

Han transcurrido casi tres meses y las obras de remodelación han concluido pero la placa conmemorativa continúa sin reinstalarse. ¿En dónde está ? ¿arrumbada en alguna gaveta? ¿El objetivo es que la placa quede en el olvido?

Es lamentable que la presidencia actual del partido, a pesar de su juventud, reproduzca viejos vicios y comportamientos utilizados por los rancios y trasmochados políticos del PAN y PRI: La imposición, el chantaje, la represión.

Para quienes no lo saben, a la muerte de Guillermo la nueva presidenta decidió despedir en el mes de diciembre a todos los compañeros que laboraban en el partido que se identificaban con él, un total de ocho personas cuya experiencia, antigüedad y compromiso con el partido fueron valores ignorados porque acabaron por imponerse la venganza y el terror, desplazando a la sana convivencia y fraternidad que debería existir entre compañeros de partido.

El dialogo, la diplomacia, brillaron por su ausencia.

Es lamentable que con este hecho, aparentemente intrascendente, esta “nueva” generación de dirigentes morenistas, esté demostrando que ser joven no es necesariamente sinónimo de compromiso con el cambio, con la transformación, con una nueva manera de hacer política.

El retiro de una placa conmemorativa, aparentemente un acto intrascendente, ha dejado al desnudo a un grupo de jóvenes políticos ambiciosos por figurar rápidamente en los primeros lugares de popularidad y reconocimiento, pero fácilmente manipulables, y carentes del talento y sensibilidad necesarios que se requieren para no repetir conductas poco éticas, deshonestas.

En fin, es lamentable que la actual directiva de Morena en la entidad sólo practique dos de las cuatro operaciones básicas que se utilizan cotidianamente en la actividad política: restar y dividir.

La suma y la multiplicación, en cambio, fueron dos operaciones que Guillermo desde muy joven aprendió a utilixar, valores que no poseen quienes intentan borrarlo de la memoria colectiva.

Quizás eso es lo que más les repudió siempre del Memo. Y no se lo perdonan incluso después de su muerte.

Creo no exagerar si me atribuyo la representación ocasional de las amistades más cercanas a Guillermo Guzmán Cota, y exigimos a la joven presidenta de Morena la inmediata reinstalación de la citada placa conmemorativa, en su sitio original: Enviemos multitud de peticiones en este sentido a sus redes sociales, hasta lograr el objetivo. Porque a los muertos se les respeta.


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