
La Paz (California).- En la madrugada del 21 de diciembre de 2024, un accidente tipo salida de camino con volcadura activó las alarmas en la carretera Pichilingue, a la altura del libramiento Oceguera, en dirección a la termoeléctrica de la CFE.
El reloj marcaba las 02:13 horas cuando el Centro de Control y Comando (C-4) recibió el reporte. La unidad SPM-130 llegó al lugar de los hechos, encontrando un Suzuki Samurai modelo 1987 color gris, volcado a unos 50 metros de la carretera.
El protagonista de esta historia, Bryan Geovany, un joven de 23 años, admitió que el cansancio le ganó la batalla al volante. «Me quedé dormido», confesó a los oficiales.
Este breve descuido lo llevó a perder el control del vehículo, pero un pequeño detalle marcó la diferencia entre la tragedia y un susto: el cinturón de seguridad.
Gracias a este salvavidas, Bryan logró salir por su cuenta del automóvil y regresar a la carretera para pedir ayuda.
La unidad de emergencia BCS-071, encabezada por el paramédico Dagoberto Miranda, lo valoró en el lugar. Para alivio de todos, el joven estaba estable y no necesitó ser trasladado al hospital.
Este incidente, aunque con un final afortunado, es un recordatorio contundente: manejar cansado es igual de peligroso que manejar bajo los efectos del alcohol. Las autoridades de tránsito reiteran el llamado a los conductores para descansar adecuadamente antes de tomar el volante y usar siempre el cinturón de seguridad.
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