La Arenga


Por Juan Carlos Méndez Ramírez

Fábula de los Arribistas del PAN: Un Drama en Baja California Sur

Imaginemos la escena. Baja California Sur, soleada y serena, siendo testigo de un espectáculo de sainete político que ni el más osado guionista podría haber soñado. De un lado, el Partido Acción Nacional, antaño bastión de moralidad y estandarte de la oposición ciudadana; del otro, la troupé de Rigoberto Mares, el cronista de la discordia que, en lugar de catapultar al PAN al estrellato, parece decidido a lanzarlo al abismo.

Hace unos días, los memorables Bety Rocha y Don Jorge Sandoval dijeron “adiós” al PAN, cansados del espectáculo circense liderado por Mares. Sus renuncias, coreadas por el murmullo del desaliento, resonaron en una sala semivacía donde sobró el eco y faltó el entusiasmo de aquellos consejeros que prefirieron la playa al parlamento.

Rigo Mares, nuestro protagonista, se permitió la osadía de hablar de agendas sociales. Uno casi puede imaginarlo reunido con su elenco: la senadora Susana Zatarain, embajadora plenipotenciaria de intereses empresariales; y Guadalupe Saldaña, la magistral escapista que ha vivido de la política como quien sobrevive de un arte etéreo. Juntos, cual héroes de opereta, proclaman su encomienda de salvar a la democracia del inminente apocalipsis autoritario.

Sin embargo, entre la retórica grandilocuente y las promesas de santos días por llegar, surge una pregunta inevitable: ¿Dónde está la sustancia? Mientras Mares pinta un lienzo de coloridas utopías con posibilidades de bajar tarifas eléctricas y modernizar infraestructura, su legado parece más cercano al de un ilusionista experto en retratos vaporosos que se desvanecen con el primer soplo de realidad.

Es aquí donde la sátira se convierte en un grito: ¡Oh, Mares y su maravilla de ensueños! Aprende ya que un buen político no se sostiene con promesas de papel ni arreglos florales en reuniones de Consejo Estatal. Las soluciones mágicas no existen cuando las grietas del palacio se cuelan por las promesas vacías y las sonrisas de cartón… Te robaste la presidencia del PAN y ¿ahora vienes a hablar de unidad y trabajo?

Mientras tanto, los verdaderos panistas, aquellos que alguna vez moldearon al partido con esfuerzo y nobleza, observan desde las sombras, confundidos ante la parodia de liderazgo que se despliega frente a sus ojos. Quizás un día volverá el PAN a ser la baluarte de esperanza y transformación que México necesita. Pero hoy, entre el estrépito de autoelogios y vanas promesas, solo podemos decir: que la farsa continúe, y que el telón no caiga tan pronto, pues aún queda mucho espectáculo por presenciar.


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