Del Tintero


REALIDAD SIN FICCIÓN. – Tierra y sol

Por: Armando León Lezama

La caída de telones. La puesta en escena durante tres años de las obras de la vida real: Gobiernitos municipales.

El listado comienza de norte a sur.

El golpe a la esperanza tras el regreso de la comedia, «Gobierna; pero no manda».

La mujer que cómo personaje de novela, resulta evidente conviene a la trama.

Es mujer con suerte. Más es, como lo son las obras vanales, debut y despedida.

Demostró a la verdad, que no mira alto ni lejos.

Que la obra de vida real, es comedia doméstica.

Llega y en lo cotidiano se pierde lo que nunca se supo hacer: Trascender.

El drama se extiende por tres años más.

La conveniencia del poder la sostiene.

Tres años más echados al viento, mirando lo cotidiano y lo doméstico.

Un gobiernito a la hechura de las burocracias: Se trabaja para el salario y algo más.

Población culta y definida ven la obra más de lo mismo.

La mujer como personaje central echa para la política a la manera tradicional: De trampolín. De la curul a gobiernito municipal.

La diferencia de la primera, que se asume más carácter a la protagonista; pero en el fondo de la trama es la misma narrativa que en el siglo pasado: Por llegar el porvenir será venturoso para sus representados.

Más ya se dijo, Loreto en su identidad, le siguen el juego a la política a la mexicana: Llegar, aparentar y perderse en lo cotidiano, en el chambismo, en esos ritos obligados de hacer caravana y cultura de sí señor, al gobernador y al presidente de la república.

Replicando lo que escuchan sin agregar algo de su propio razonamiento, de su propia expresión. Sólo se sigue el guión.

El tercero es la diferencia en el cambio de personaje principal: Hombre de experiencia y solvencia profesional, dispuesto a superar a los personajes cómicos tras 6 años – tres por cada uno – El actor de la vida real, sin salirse de la cuadratura del círculo que el poder superior permite por dejar llegar a la silla de gobiernito municipal, trae el papel de ser un exitoso y prometedor actor que gane el aplauso de expectádores.

El triunvirato de mujeres en obras de la vida real como personajes centrales en la vida municipal de un Estado hermoso pero en abandono del mando social para pasar a ser fuente de buenos tiempos para personajes de paso que se desvanecen tras dejar el membrete de la obra, las coloca como las mujeres en buena época, donde los méritos son suplidos por la ingeniería de la inmaginación y las ocurrencias del poder.

Por eso son meramente tramas superfluas de la vida real porque solamente entretienen, pero no traen auténticos mejores tiempos para la gran masa.

Muestran su lista de bienes a según ellas; pero no leen en público la lista de males que aquejan a la población a sus habitántes, sostenedores de la mejor obra puesta en escena: vivir, sufrir, luchar, lograr, soñar, ganar, perder, sostener a diario empresas, gobiernos, hogares, esperanzas, ilusiones.

Miles y miles de anónimos héroes y villanos en sus historias de vida, constructores, forjadores de protestas, reclamos, padecedores de hambre, injusticias, explotaciones; pero eso sí, trabajan al día a día en ciudades, pueblos y comunidades, sin importar quién gobierna.

La tercera dama, sueña ser gobernadora. La ruta del trampolín, la lista de sus buenos informes y la manipulación de la verdad a través de la política, genera que tenga un aparente público a su favor. Vino de su casa a las sillas del poder. Resultó ser ahijada del mandamas en turno y su personalidad de carita de ángel, doblega o falsea con una realidad postiza.

Sólo los aclamadores vitorean y aplauden la trama como un público fan que ve la alegría de lo que le dicen es alegre.

Luego salen de ese escenario y se unen a la gran obra, la verdadera y camino a sus casas ven con verdad que las mentiras del poder y sus modos son los mismos de siempre: Figurar, inventar, hacer lo que el poder en turno puede de puros relumbrones sin venir ése fin de la población; si de unas mentes de quienes se ven brillantes, bondadosos y dignos del reconocimiento, por su labor surgida de su invento; no del mandato popular.

En el sur, la obra será a decir y saber de su población, el rincón de las mentiras.

Una obra para mirarse de reojo o de plano, cunda en el tren oral de las palabras, como secreto del pueblo lo que sea la pura verdad, por calles, callejones, avenidas, bulevares, y todo camino del municipio sureño, que en la actualidad es un caos en todos sentidos.

Sin salirse del guión de más de lo mismo pero aderezado con la fuerza del dinero, el poder e historias para una novela policíaca de drama, acción y poderes tras el telón.

Sea pues seguir caminando por éstas tierras Sudcalifornianas, bajo el sol de otoño.


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