En Corto


ELON MUSK , EL TERRORISTA

Por Carlos González Muñoz

Redes sociales en manos de un terrorista. ¡Aguas!

Dirigentes del sindicato estadounidense de trabajadores de la industria automotriz, la poderosa United Auto Workers, UAW, demandaron la semana pasada ante un tribunal laboral federal de aquél país a Elon Musk, y de paso también a Donald Trump, acusando a ambos personajes de “tentativa de intimidación y amenaza”, debido a comentarios que aparecieron publicados en la red X, antes Twiter, en donde Donald Trump felicita a Elon Musk por despedir a trabajadores en huelga.

“¡Eres el mejor haciendo recortes!”, escribió en la red X el republicano Donald Trump, cuando se enteró que el magnate despidió a ocho trabajadores de la empresa SpaceX que se declararon en huelga, el pasado mes de junio.

De acuerdo a la Ley Nacional de Relaciones Laborales de EU, los trabajadores no pueden ser despedidos por declararse en huelga, de ahí la acusación a Musk de “tentativa de intimidación y amenaza”.

Nicolás Maduro, el presidente venezolano, quien también ha sido objeto de “intimidación y amenazas” recientes por parte de Elon Musk, él en cambio no podrá demandar al empresario ante tribunal alguno, mucho menos ante la OEA, ni tampoco la ONU, organismos al servicio de los gobiernos estadounidenses en turno, protectores de los múltiples negocios de Musk, todos ellos identificados con la industria del espionaje.

Apenas unos días antes, Elon publicó en la red X que el presidente venezolano era un “burro”, un “dictador”, atribuyéndose el magnate de las telecomunicaciones la facultad de calificar de “fraudulento” el reciente proceso electoral en aquél país sudamericano, llegando al extremo de exigir el encarcelamiento de Maduro.

Musk goza y abusa de un poder económico y político que le otorgan sus relaciones, compromisos y negocios con casi todos los gobiernos del planeta, particularmente con los gobiernos de las potencias militares de EU, Europa e Israel, auténticos estados terroristas que se sienten y actúan como si fueran los gendarmes del mundo, atribución que nadie les ha otorgado.

En manos de fascistas como Elon Musk, las redes sociales están amenazadas de convertirse en misiles propagandísticos al servicio de los poderes económico y militares, en proyectiles mediáticos con la capacidad de influir en la política interna no solamente de sindicatos, sino de países con gobiernos débiles, incapaces de neutralizar y resistir la embestida de las redes sociales manipuladas por fascistas.

En México, al igual que en el resto del mundo, urge incluir en la agenda de las transformaciones la independencia tecnológica, crear sistemas de comunicación con tecnologías propias, frenar desde la academia esta vulgar y cínica injerencia de intereses foráneos en la vida política cotidiana de los pueblos y naciones, vía espacio digital.

Nos queda claro que Elon Musk se identifica y protege a empresarios como él, no a los trabajadores estadounidenses que hacen huelga.

También entendemos que Elon Musk detesta a presidentes como Nicolás Madura pero que en cambio no le incomoda compartir la mesa con personajes como Trump y Benjamin Netanyahu, el genocida israelita asesino de niños y mujeres palestinos.

Los terroristas andan sueltos. ¡Aguas!


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