XÓCHITL RECULA: DESCONOCE RESULTADOS

Por Carlos González Muñoz

Que no, que si, que siempre no.

Los patrocinadores de Xóchitl no se miden, exhibiéndola en todo momento como aquello que siempre fue, su vil trapeador.

Primero, a las ocho de la noche del día domingo 2 de junio, Xóchitl Gálvez, dando saltitos de alegría, declara que fue vencedora de la contienda. A su lado, los dirigentes nacionales del PAN, PRI y PRD, eufóricos, fuera de sí, le gritaban hasta el cansancio: ¡Presidenta!, ¡presidenta! ¡presidenta!

Una hora después, al difundir el INE los resultados preliminares, la señora Xóchitl Gálvez, rodeada de los mismos personajes del PRIANRD, sólo que estos con el rostro descompuesto, reconoce públicamente el triunfo de Claudia Sheinbaum, deseándole buena suerte en la conducción del país.

24 horas después, la señora Gálvez recula (o le obligan a ello) y dice que siempre no, que va a impugnar los resultados porque, afirma, se trató de una competencia desigual y que “todo el aparato del estado” se fue en su contra. Además asegura que “hubo presencia del crimen organizado”, y posee las impugnaciones que prueban sus quejas.

¿Qué sucedió del lunes al martes? Xóchitl ¿es bipolar?

Nada de eso. La quejosa y sus patrocinadores, desesperados, arrinconados por una militancia que no acepta la derrota, pretenden dejar de lado el hecho que Claudia Sheinbaum, la presidenta virtual, aventajó a la quejosa con una diferencia de 17 millones 351 mil votos, una distancia equivalente a 31.37 puntos porcentuales.

Dice Xóchitl que “los resultados nos causan sorpresa y por ello debemos analizar lo sucedido”.

Tiene razón, Claudia obtuvo el 61 por ciento del total de votos y el PRIANRD, sus patrocinadores, solamente pudieron reunirle un equivalente al 28 %.

Hablemos claro, la sorpresa ante los resultados recibidos por la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, se debe al desconocimiento que tanto ella como sus patrocinadores tienen del país, de su población, de los muchos México, de sus graves problemas, aflorando el gran desprecio que le tienen al pueblo, sujeto histórico a quien consideran menor de edad, fácil presa de la manipulación.

No satisfechos con haberla utilizado toda la campaña, ahora la exponen al ridículo y francamente, da pena ajena.

Claudio X. González, “Alito”, Marko Cortés, señores, ¡respeten a Xóchitl! ¡por compasión!