VOTOS VS. ROBOTS

Por Carlos González Muñoz

Las personas votan. Los robots, no.

En el año 2018, Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República al obtener en las urnas 30 millones 113 mil 483 votos, equivalentes al 53.19% del total.

Ricardo Anaya, su más cercano competidor, recibió 12 millones 610 mil 120 votos, el 22.77 por ciento, datos reveladores que hablan por sí mismos y que es importante traer a la memoria .

La diferencia de votos entre el candidato de Morena y el del PAN fue espectacular, una cantidad superior a los 15 millones de sufragios, acontecimiento histórico que por su magnitud permitió una renovación pacífica del poder público y evitó un conflicto político post electoral porque la distancia entre el primer y segundo lugar no dejó lugar a la duda, amarrando las manos de quienes apostaban a crear un ambiente de inestabilidad social y política.

En 2024 y a pocos meses de celebrarse los comicios que renovarán la Presidencia de la República, las cifras de prácticamente todas las empresas encuestadoras dibujan un escenario electoral similar al de 2018: Una victoria aplastante del partido guinda y sus aliados.

Presagiando su derrota, la oposición está recurriendo entre otras artimañas a la tecnología y a la inteligencia artificial, utilizando millones de “robots” que difunden mensajes provenientes de una máquina programada para repetir falsedades, intentando desacreditar tanto a Andrés Manuel López Obrador como a Claudia Sheinbaum Pardo, relacionando a ambos con las bandas criminales del narco, acusación carente de pruebas pero cuyo efecto inmediato es sembrar en la opinión pública la sospecha de que reciben aportaciones de esos grupos.

En sólo un día circularon en redes sociales más de 70 millones de mensajes con la etiqueta “NarcoPresidente”, consigna que finalmente corearon los miles de asistentes a la marcha que el PRIAN organizó el pasado 18 de febrero en contra de AMLO.

Aunque se trata de una táctica novedosa, apantallante, dejémonos de falsos temores: los robots no votan, las personas sí.

El verdadero reto a vencer en el actual proceso electoral no es vencer a un robot, sino superar el caudal de votos depositados en las urnas en 2018, hazaña que una máquina jamás podrá lograr.