
CIUDAD JUÁREZ: ¿ESTACIÓN MIGRATORIA O PRISIÓN?
Por Carlos González Muñoz
Fueron 38 migrantes provenientes en su mayoría de Centroamérica quienes murieron calcinados al interior de una estancia del Instituto Nacional de Migración, INM, en Ciudad Juárez, Chihuahua, el pasado día lunes, como resultado de un incendio provocado por los propios migrantes que reclamaban respeto a sus derechos humanos y ser liberados.
El fuego los consumió en minutos y nadie respondió a las súplicas, ninguno de los custodios presentes hizo caso a sus gritos desesperados y todos ellos murieron en condiciones verdaderamente tristes, inhumanas. Otros 40 migrantes también prisioneros del INM resultaron heridos y han sido trasladados a hospitales de la zona.
Recluidos en una estancia del instituto convertida en improvisada cárcel y rebasada en su cupo, encerrados, sin agua suficiente, los migrantes que ahí murieron habían sido “retirados” un día antes de los cruceros de las calles de esta ciudad fronteriza a solicitud de empresarios, ciudadanos y comerciantes que acusaron a los migrantes de “molestar” a la población por pedirles dinero o intentar vender alguna chuchería, y solicitaron al presidente municipal los retirara.
Cruz Pérez Cuellar, alcalde de extracción morenista, racista, clasista y discriminador, al igual que los solicitantes del uso de la fuerza, ordenó un “operativo” policíaco en el que participaron ¡hágame usted favor! agentes del INM, empleados del Sistema del Desarrollo Integral de la Familia, DIF, estatal y municipal y también agentes de Protección Auxiliar de Niños, Niñas y Adolescentes, ¡todo un pequeño ejército!.
Al morenista de dudosa factura sólo le faltó pedir la colaboración de la migra estadounidense y de la Guardia Nacional para detener a tan peligrosos “delincuentes”.
Se ha podido comprobar a través de vídeos que los migrantes estaban encerrados bajo llave y también que al momento del incendio ninguno de los agentes de seguridad intervino. Por cierto, es una empresa de seguridad privada la encargada de la delicada tarea de garantizar la seguridad y vigilancia de sus derechos humanos a su paso por nuestro país. ¡Hágame usted de nuevo el favor!
Es lamentable y contradictorio que el alcalde de Morena, un partido que hace gala de proteger a los pobres, persiga a los migrantes y de la noche a la mañana los convierta en delincuentes, en perseguidos.
Las leyes mexicanas prohíben explícitamente se les considere como tales incluso si carecen de papeles migratorios pero en una actitud injustificable, este personaje pide la intervención del INM y extralimitándose en sus funciones, solicita que el instituto encabece operativos de este tipo, una violación evidente a la ley que no puede ser pasada por alto.
Estados Unidos, hipócritamente, les ha ofrecido asistencia médica y visas “humanitarias” a los familiares de los fallecidos y a los heridos, cuando son sus políticas anti migrantes las que han convertido a México en una gigantesca “estación” de espera y también, desgraciadamente, en un extenso cementerio de hombres, mujeres y niños que se vieron obligados a abandonar sus países devastados, amenazados por el hambre, la pobreza, las bandas criminales pero que se toparon con la muerte en su camino hacia el norte.
Ciudad Juárez no es el primer episodio lamentable en que se han visto involucrados migrantes y el INM, pero si el más detestable por su inhumanidad.
A los empresarios, ciudadanos, comerciantes y autoridades municipales de Ciudad Juárez que solicitaron y ejecutaron el retiro de los hermanos migrantes de sus cruceros y calles les pregunto: ¿satisfechos?
¡Qué vergüenza!
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