Deuda inútil
Antonio Ceja
El crédito para el financiamiento de objetivos perfectamente estructurados ya sea públicos y privados, es una herramienta básica cuando las perspectivas de proyectos económicos tienen un riesgo ya sea de colapsar o tenga el beneficio del crecimiento para ascender dentro de un mercado.
Organismos como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecieron a los países del mundo recursos económicos para hacer frente, mediante sus gobiernos, la crisis de salud y económica por causa del coronavirus. Los encargados de las finanzas de los sectores privado y público jamás descartan el uso de créditos para sacar adelante a las empresas y gobiernos porque, hasta hoy, no existe en el mundo un gobierno o entidad privada que no tenga una deuda crediticia.
En esa perspectiva, México ha ignorado la oportunidad de acceder a una línea de crédito porque, dice, “no es momento de endeudar más al país”. Los fondos, ofrecidos por el BM y el FIM desde marzo pasado, fueron tomados por decenas de países que, en teoría, tenían una economía fuerte como Japón o Alemania quienes atendiendo la emergencia sanitaria optan por el ofrecimiento de los organismos financieros para fortalecer su economía y contrarrestar los efectos de la pandemia.
Pero, finalmente, el pasado 19 de mayo, México solicita al BM 1000 millones de dólares y se los autorizan diez días después, lo que generó polémica ya que el presidente López Obrador no solo desechó esa idea, sino que la condenó porque “no somos iguales” refiriéndose a sexenios anteriores que, dice, hundieron al país en un a deuda sin sentido. Fue el sub secretario de Hacienda Gabriel Yorio quien informó del préstamo se empezará a ejercer en el segundo trimestre de este año y será destinado a uno de los programas sociales del presidente López Obrador enfocado a los jóvenes de entre 15 y 17 años.
Lo anterior, demuestra dos cosas: que el recurso para los programas sociales del gobierno federal ya se terminó y que la negativa del presidente sigue firme para dejar al garete a los empresarios del país quienes ya no ven lo duro sino lo tupido de esta crisis que ha generado la pérdida de 12 millones de empleos.
Ambos casos, son, desde luego, preocupantes.
Es lamentable que, mientras países como Estados Unidos han destinado hasta 3 trillones de dólares para cubrir seguros de desempleo y apoyos a las empresas de ese país, México siga en la tónica absurda de dejar al garete a los empresarios quienes invariablemente están declarando la quiebra de sus negocios no solo por la negativa del gobierno mexicano por buscar canales de financiamiento y apoyo sino que lo anterior se suma a la férrea política fiscal y el nulo apoyo al sector productivo para prorrogar obligaciones como el pago del recibo de la CFE por poner un par de ejemplos.
Serán pues, 1000 millones de dólares para los jóvenes mexicanos que esperamos se canalicen en proyectos y acciones que le permitan logros al corto plazo porque el país simplemente no está para darles empleo al menos en los próximos 12 meses.
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