Medios y Remedios


El presidente vs los empresarios

Antonio Ceja


Finalmente, los empresarios mexicanos recibieron el apoyo del Banco de México para paliar la embestida económica que ha dejado el covid-19 y que les permitirá acceder a poco más de 750 mil millones de pesos que serán colocados a través de las instituciones bancarias del país con una tasa de interés del 6.5% mientras que para las personas con alguna actividad económica éstas podrán acceder a créditos personales de una bolsa de 250 mil millones de pesos acumulando mil millones de pesos que hacen palidecer los “apoyos” del orden de los 25 mil millones de pesos anunciados para los beneficiarios del censo del Bienestar mismos que tendrán que pagar en tres años y que fueron canalizados para las personas que “viven al día” y para aquellas empresas que no despidieron a sus empleados pretextando, según el presidente, una crisis motivada por la pandemia de todos conocida.

La ignorancia del presidente en materia de economía se reflejó en una de sus mañaneras y calificó el recurso del Banco de México como una estrategia neoliberal y pidió al organismo autónomo que no prestara dinero para el rescate de las empresas cuando el recurso será otorgado por los bancos mediante factoraje y créditos recuperables por la banca nacional.

La reacción de López Obrador, que creyó malévolamente que el Banco de México había promovido un rescate financiero, diciendo que no le gustó el modito, fue el de un presidente que detesta, odia y tiene una fobia muy arraigada por las empresas privadas cuando es en ellas que López Obrador tiene parte de los recursos que está dilapidando en créditos electoreros y destinando a un mercado que no genera riqueza ni empleo y que vive dentro de la informalidad.

Los datos económicos no son favorables para el país ya que se estima que se perderán más de 1 millón de empleos en los próximos seis meses y podrían cerrar 1 de cada cinco empresas ante la falta de apoyos reales del gobierno federal y que, desde ahora, prácticamente ha firmado el divorcio con el sector empresarial todo, por la terquedad del presidente de ver solo corrupción y más corrupción creando un círculo vicioso negativo que fomenta la división entre las clases sociales del país.

La visión arcaica de López Obrador y su afán de querer controlar todo el dinero del país para apoyar a los más pobres solo generará pobreza en el mediano plazo. Estamos cerca de que los diputados le den luz verde a la modificación de la Ley hacendaria para que el presidente disponga del presupuesto a su gusto y éste sea reasignado a las prioridades más urgentes del tabasqueño dejando en la mano de un solo hombre el destino de las finanzas públicas en un acto irracional avalado por la mayoría morenista y sus satélites en la cámara de diputados, acción tardía porque unos días antes, en una reunión sostenida entre López obrador y el gobernador del Banco de México Alejandro Díaz de León, el primero le pidió le adelantara los remanentes de la depreciación del peso presionando al banquero a romper la Ley interna del Banxico. Para fortuna del sector empresarial, que vio la negativa del gobierno federal de implementar una verdadera estrategia económica que permita la supervivencia del sector, Banxico reacciona ante la molestia e ignorancia del presidente, logrando bajar fondos para mantener estable a las empresas mexicanas.


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