VAMOS DE PASO
Por: Armando León Lezama
A la comunidad multicultural, a los habitantes cosmopolitas, a los gobiernos, legisladores, administradores e impartidores de justicia del Estado de Baja California Sur. Es de entender, que la nuestra, la entidad Sudcaliforniana, es un paraíso del que somos privilegiados de vivir en su noble geografía.
Ahora, desde el comienzo del año 2020, el virus de la globalización azota con fuerza la mente de la humanidad.
Surgido del misterio, el covid 19, descendiente de milenarios tiempos atrás, es un virus viajero que lleva máxima y extrema publicidad en su recorrido por la mayor parte de los países del orbe terráqueo.
Es deber, de los habitantes de ésta parte del país mexicano, ante éstas circunstancias, exigir a los contratados del erario público, que dejen de simular querer unidad y seguir haciendo esfuerzos aislados.
Más allá de mermar y afrontar con vigor la pandemia con trabajo no organizado en dimensiones asombrosas, que deja mal parada a las presentes generaciones, se debe aceptar que el coronavirus es un motor de cambio, que acelera nuestro encuentro con la tecnología especializada, que debe pasar a ser común ejercicio de utilidad cotidiana.
El coronavirus es el banderazo a entrar de lleno al siglo XXI. No es el mal pasajero que pudiera pensarse; no!
Es, la invitación dolorosa, misteriosa, mortal, a reflexionar más sobre nuestro entorno.
De entrada salimos los humanos, reprobados en nuestra capacidad para afrontar reto mayúsculo.
Nuestra precencia desorganizada, anti ecológica, deshumanizada, proclive a hacer daño entre nosotros los humanos, hacia la naturaleza y todo a nuestro alrededor, nos coloca, como enemigos de la vida, de la creación a favor las generaciones por venir.
Para el caso particular, de nuestra casa: Sudcalifornia. El coronavirus, nos debiera dar motivos nuevos y nobles para la vida, la naturaleza, el planeta. Aunque ya nos estamos dando cuenta que las ciudades actuales, no existen para hacer humanos cultos, fraternos, realizados…
En las ciudades actuales viven los obreros de los poderosos.
Ricos, clase media y pueblo pobre, somos trabajadores del sistema mundial de cosas establecidas.
En 2020, más como un experimento, que como mera pandemia, el covid 19, es un despertar a una realidad que nos negamos a ver y a aceptar.
No somos fraternos con las otras especies de vida.
Ni entre nosotros mismos.
Somos consumidores compulsivos, fábrica de basura, propagadores de contaminación.
Vale ver lo que observadores de lo bello, han mostrado: La naturaleza y los animales están recuperando vida y salud y espacios apropiados para las ciudades de humanos.
Por ello, el llamado, no es solamente a pasar una temporada de angustia por mal que llegó para quedarse y sumarse a otros virus, bacterias y micro bichos que causan enfermedades y muertes.
No sé trata de hacer normal; lo que no es normal.
Por ello, el llamado a la conciencia de los titulares de los poderes del Estado, autoridades municipal, delegacional, de colonos, de barrio, de calle y familia por familia, y habitante por habitante, es, lograr subirnos a la ola del cambio cultural que nos alertó tomar el coronavirus, para hacer ciudades limpias.
Para dejar de trabajar aisladamente, y apartir de la pandemia 2020, los ya mencionados, conjuntamente con la sociedad organizada, integren una agenda de sanidad y fortaleza económica, para que la experiencia deje buenos resultados.
Sacudamos la pereza mental, despojarnos de la barbarie, traición, ambición malsana, sentimientos no sanos, …de la división cultural.
El coronavirus 2020, es una advertencia para demostrar lo frágil u desorganizados que somos los humanos en las ciudades.
La agenda del 2020, deberá ser respetada por actores que buscan hacer el papel de gobernador, y de cuanto cargo hay en boletas electorales.
Es entonces, responsabilidad de los humanos que vivimos en la geografía sudpeninsular, reflexionar y bien actuar por un cambio de actitud hacia la naturaleza, la vida humana, la vida en general.
Porque la sentencia es clara: no hacen falta ejércitos para apagar la vida de millones de humanos.
El siglo XXI, es más sofisticado. Basta un virus.
No vivamos solo el instante.
El entender nos dice, organízate y prepárate para ciudades de nuevo tipo.
Sobre todo los mexicanos que venimos muy atrás de las novedades de la ciencia aplicada.
Como Sudcalifornianos, seamos mejor sociedad, después de controlado el covid 2019.
Hoy fue un virus. Mañana será un maremoto. Preparemos también el espíritu. El cuerpo, es prestado.
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