Como anillo al dedo

Antonio Ceja

Sin duda, la enigmática declaración hecha por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador el pasado 2 de abril dejó a muchos boquiabiertos y a los menos con la impresión de la demencia del presidente sobre la pandemia que abate a los mexicanos y que apenas se está dejando sentir.

El famoso “como anillo al dedo” no fue, de ninguna manera, una mera ocurrencia de López Obrador; fue. Creo yo, un reflejo de su inconsciente de su corazón socialista- comunista que saltó frente a las cámaras y a nivel nacional y fue sin duda alguna, la confirmación de que los planes de la 4t podrían acelerarse de manera dinámica ya que entre las mañaneras y los informes matutinos del doctor López- Gatell, millones de mexicanos se enfocan en las tonterías y pleitos inventados como el de Tv Azteca y la SEGOB por ejemplo.

Pero eso es solo un distractor.

Mientras el precio del petróleo se hunde a un mínimo histórico, Rocío Nahle es el hazmerreír del mundo y López Obrador refuerza sus ataques a sus adversarios imaginarios, el crimen organizado se reagrupa y le hace el trabajo al gobierno federal al proceder a un programa de entrega de alimentos mediante despensas “firmadas” por los cárteles JNG, del Golfo, Los Viagra y el favorito del presidente, el cártel de Sinaloa situación que dice desconocer el hombre que debería conocerlo todo en torno al país.

La semana pasada, se reunió con el gobernador del Banco de México Alejandro Díaz de León con la finalidad de que se le “adelantaran” recursos ahorrados por la depreciación mismos que son reintegrados a la Tesorería de la Federación y que suponen no menos de 320 mil millones de pesos en una clara presión presidencial de violentar los procesos hacendarios vigentes. Antes, López Obrador piensa en expropiar al menos la mitad de los 99 fideicomisos que opera el CONACyT y que supone al menos 22 mil millones de pesos que serían destinados a los ineficientes programas sociales del presidente.

Y apenas ayer y sin importar la pandemia, la cámara de senadores se reunió para apurar votar a favor la Ley de Amnistía que pretende sacara de las cárceles del país a aquellos delincuentes sentenciados o en proceso de serlo por delitos “no graves”. Sin embargo, la votación de ayer se dio en el marco de la necesidad de desahogar las cárceles mexicanas de presos para evitar el contagio entre los reos por coronavirus.

Sin duda, la declaración de López Obrador fue solo un aviso inconsciente del mandatario para aprovechar la crisis para llevar agua a su molino entregando millones de pesos a los pobres, ayudado por los cárteles de la droga y el crimen organizado y hacerles creer a los ignorantes que México es un ejemplo en el controlar la pandemia y recibir aplausos por la OPEP cuando en verdad su plan se vio beneficiado por la llegada del coronavirus a México mientras que el país de sigue hundiendo poco a poco en la tierra árida y pobre que quiere López Obrador y vaya que lo está logrando.